En cualquier relación, hay momentos de peleas entre personas, choques de intereses y, como resultado, un conflicto. Estamos acostumbrados a tratar las situaciones de conflicto como algo negativo. Los estudiosos de conflictos dividen los conflictos en destructivos, que conducen a un deterioro de las relaciones, y constructivos, lo que ayuda a resolver las diferencias de manera productiva y a alcanzar un nuevo nivel de comprensión más avanzado.
Tipos de conflictos
Para entender cómo calmarse y no ponerse nervioso después de una pelea, considere qué conflictos ocurren con mayor frecuencia.
• Familia. Esta es una pelea entre seres queridos. Entre los esposos, la eterna disputa entre padres e hijos, incomprensión de hermanas, hermanos. Todo lo relacionado con problemas con familiares.
• Trabajadores. Conflictos con jefes, empleados, subordinados.
• Aleatorio. Peleas en las colas, atascos de tráfico, transporte público con personas completamente desconocidas, pero a veces tan molestas.
A pesar de la diferente implicación emocional, cada uno de estos tipos de riñas molesta y no permite calmarse. Debe comprender que solo los dos primeros tipos de conflictos valen nuestra fuerza y nervios. Mejor no alimentarse de los "vampiros emocionales" que encuentre por casualidad. En tal situación, es más fácil encogerse de hombros y hacerse a un lado sin darle al peleador la oportunidad de arrastrarlo a una discusión desagradable e improductiva.
Salir de una situación de conflicto
Una de las mejores formas de evitar ponerse nervioso por una discusión es evitarla. Pero si la conversación ya comenzó en voz alta, entonces sabiendo cómo calmarse durante una pelea, puede minimizar el tiempo y la fuerza destructiva de las consecuencias del conflicto.
• Ponte en la piel de tu oponente, mira la causa de la discusión desde el punto de vista de la otra persona, trata de sentir lo mismo que él. De esta manera, puede encontrar un terreno común de sus intereses y llegar a un compromiso sin convertir la situación en una disputa.
• Opere con argumentos, no con emociones. No sea personal, haga reclamos, nunca menosprecie la dignidad de su oponente; discuta solo su comportamiento, que fue objeto de malentendidos, sin recurrir a insultos personales.
• Si siente que usted o la otra persona emocionalmente no pueden mantener la conversación de una manera tranquila, hable directamente al respecto, ofrezca continuar su conversación después de un tiempo, cuando ambos se calmen y realmente puedan discutir el problema, y no intercambiar reproches e insultos.
Salvar los nervios
Sin embargo, si no fue posible evitar una discusión, las formas simples y efectivas de cómo calmarse y no ponerse nervioso después de una pelea ayudarán a no estropear el sistema nervioso con experiencias innecesarias que forman los requisitos previos para el estrés crónico.
• Distracción. Una excelente manera de involucrar tus pensamientos con otra cosa, dejando el "jugueteo" en la cabeza de una conversación desagradable en busca de una mejor respuesta. Ocúpese de limpiar, lavar, cortar leña, armar rompecabezas; en general, manténgase ocupado con algo útil.
• Paseo. Una de las formas más efectivas de desahogarse. Una hora de caminata a paso rápido te ayudará a poner tus pensamientos en orden, pensar en lo que sucedió, mirar la situación desde diferentes ángulos y calmarte.
• Leer. Los estudios han demostrado que la lectura alivia el estrés de forma más eficaz que los sedantes.
• Lista de pros y contras. Tomando una hoja de papel, divídala en dos. En uno, anote todos los argumentos en su defensa. En el otro, admítese honestamente en qué se equivocó. Recuerde, ambos lados siempre tienen la culpa de un conflicto.
• Creación. Haz algo que te guste que sea agradable y emocionalmente satisfactorio. De esta manera puede aliviar la tensión y calmarse.
• Ducha fría y caliente. Para los que gustan de las medidas extremas, pueden darse una ducha de contraste. La fuerte alternancia de temperaturas aliviará el estrés y tonificará el cuerpo.