Para llevar a un niño de un orfanato a su familia y luego amarlo como si fuera suyo, debe tener un corazón "grande" y mucha paciencia. Al comienzo del viaje, siempre surgen muchas preguntas: ¿puedo amarlo, cómo reaccionarán mis hijos de sangre hacia él, si le gustará vivir con nosotros y preguntas similares?
Para empezar, ¡todo niño que vive en un orfanato entiende que debe tener una madre! Vive con este pensamiento todos los días y espera con impaciencia su llegada. Y cuando mamá venga y recoja, definitivamente la amará y la obedecerá en todo.
Los nuevos padres amarán a su hijo adoptado si lo cuidan constantemente, pasan mucho tiempo y se comunican. Se ha comprobado que después del nacimiento, las madres jóvenes tampoco comienzan a amar a su hijo de inmediato, ya que muchas en el período posparto están deprimidas y no pueden sentir la alegría del nacimiento de un bebé tan esperado, y el amor llega con el tiempo. Este hecho no es algo malo, como la naturaleza nos ha dicho.
Para que sus hijos de sangre no estén celosos de sus adoptados, involúcrelos también en el cuidado de su hermano o hermana recién formado. Así se acostumbrarán más rápido y el niño adoptado se arraigará más fácilmente. También pueden ver dibujos animados juntos, por ejemplo, "Mamá para un mamut", "Mowgli", "38 Loros" (serie "Granny") y otros, con la discusión obligada de lo que vio. Este método indirecto será mucho más beneficioso psicológicamente para los niños que si se lo pidiera directamente. Los niños no hablarán de sí mismos, sino de personajes de dibujos animados. Asegúrese de escuchar lo que sus hijos están pensando y experimentando, porque esta es la única forma en que aprenderá su verdadera actitud ante la situación.
Al principio, sus hijos de sangre estarán interesados en un niño adoptado, luego al ver su cuidado y atención por él, comenzarán a estar celosos. Aquí es necesario con mucha delicadeza, sin olvidarse de los niños de sangre, para dedicar tiempo a un niño de acogida. Considerando que necesita mucho más tu atención y cariño, porque todavía se encuentra en un lugar extraño para él.
También puede haber un problema de actitud negativa hacia el niño adoptado por parte de los familiares (tía, tío, abuela y abuelo). Simplemente no querrán admitirlo. De hecho, no están en contra de la personalidad del propio niño, sino en contra de aquellos problemas en el futuro que pueda traer consigo. Por ejemplo, problemas económicos o comportamiento desviado que le fue transmitido a través de los genes. Todos esos prejuicios de los familiares deben soportarse con calma. Con el tiempo, al ver que te va bien, aceptarán un nuevo miembro de la familia.
Solo tu paciencia, amor y sabiduría ayudarán al niño adoptado a encontrar una familia y convertirse en miembro de ella, y dejarás de notar que no es sangre.