Una persona, en esencia, no es solo un ser biológico, sino también social, por lo tanto, la función del habla le permite adaptarse al mundo que lo rodea, establecer comunicación con otros miembros de la sociedad, desarrollar sus propias habilidades de manera más rápida y eficiente..
Para que la función del habla del niño se desarrolle de manera dinámica y completa, es necesario ayudarlo en esto; en pocas palabras, debe enseñarle a hablar al niño. El proceso de aprendizaje se puede dividir condicionalmente en varias etapas, y la primera de ellas comienza en la infancia. Un niño pequeño aprende a balbucear, a emitir sonidos que son remotamente similares a los sonidos del habla humana y a escuchar a los adultos. A esta edad, es necesario comunicarse con el niño con más frecuencia, pronunciar palabras que le sean comprensibles y familiares. Luego, ya a la edad de un año, el niño podrá decir las palabras más simples relacionadas con la vida cotidiana, por ejemplo, mamá, papá, dame una taza, come. Trate de no hablar el llamado "lenguaje infantil", basado principalmente en onomatopeyas (yum-yum, boo, aw-aw, bb, etc.). Mejor fíjese la tarea de decir todas las palabras correctamente, para que el niño recuerde el sonido correcto de cada palabra. Los niños de dos años generalmente ya saben y pueden usar de veinte a cien palabras simples. Los padres deben prestar atención a la calidad del habla y al ritmo al que aumenta el número de palabras utilizadas por el niño. Si un niño usa algunas letras en lugar de otras o experimenta dificultades al pronunciar ciertos sonidos (por ejemplo, "p", "w", "s", "g", "l"), es necesario que se comunique con un logopeda como tan pronto como sea posible. El especialista podrá ayudar al bebé a desarrollar el aparato vocal y aprender a utilizarlo correctamente. En algunos casos, estas dificultades son pasajeras y desaparecen por sí solas a medida que el niño crece. Pero a veces, para enseñar a un niño a hablar, es necesario recurrir a ayuda externa. ¿Cuándo empezar a hacer sonar la alarma? Recuerde que a la edad de tres años, un niño ya debería poder comunicarse con sus compañeros usando al menos las frases más simples (“vamos a caminar”, “dame un balde”, “juguemos con una máquina de escribir”). Si su hijo no puede hacer esto, entonces tiene sentido visitar a un psicólogo infantil, ya que esto indica habilidades de comunicación poco desarrolladas y puede convertirse en problemas psicológicos graves en el futuro.