La principal tarea de los padres a finales de agosto es preparar a los niños para la escuela, no sólo en términos de "equipamiento", sino también en términos de psicología. Durante las vacaciones largas, los niños pierden la capacidad de concentrarse rápidamente en una lección, su cuerpo se sintoniza con el pasatiempo activo y se "olvida" de las lecciones, los libros y los escritorios.
El primero de septiembre, los niños corren con alegría no a la escuela, sino a una reunión con amigos. Pero pasan varios días y el cansancio recae sobre los escolares, ya no tienen prisa por las clases, es difícil sacarlos de la cama temprano en la mañana. Según los expertos, así se expresa el "síndrome del 1 de septiembre". Todos los escolares, tanto de primer grado como de secundaria, son susceptibles a esta "llaga". El caso es que volver a clases después de unas vacaciones de 3 meses es muy estresante. Tales factores lo provocan:
- Teme que se haya olvidado todo el material estudiado en el último año.
- Miedo a ser rechazado por el colectivo.
- Preocupaciones sobre cómo resultará la reunión con los profesores, si se introducirán algunos cambios que no se mencionaron a finales del año pasado.
- Ansiedad de que las notas vayan a bajar (después de todo, se ha olvidado todo lo aprendido anteriormente).
- El estrés de una larga separación de la familia: este síndrome es inherente, por regla general, a los estudiantes de primer grado y a los que han cambiado de escuela.
Escuche a su hijo. ¿Por qué quiere ir a la escuela a finales de agosto? Está ansioso por compartir sus impresiones de aventuras de verano, nuevos conocidos, vistos y escuchados durante las vacaciones. Y ninguno de los niños sueña con empezar a leer libros de texto y cuadernos lo antes posible. ¿Derecha?
Al final de la primera semana, pasa la euforia festiva, se cuentan y se aprenden todas las novedades. El niño se da cuenta de que ha llegado el comienzo del año escolar, hay mucho trabajo por delante. ¡Y llega el "síndrome del 1 de septiembre"! La tarea de los padres es suavizar esta abrupta transición tanto como sea posible, para asegurar una preparación cómoda de los niños para la escuela.
Cómo reconocer al "enemigo"
- Los síntomas del síndrome del 1 de septiembre son:
- nerviosismo y mal humor del niño,
- fatiga y negativa a obedecer a los padres,
- falta de voluntad para hablar de la escuela,
- el niño tiene dificultad para concentrarse mientras completa la tarea escolar,
- sueño sensible inquieto,
- pérdida del apetito o excesivo deseo de comer mucho y constantemente, especialmente dulces,
- frecuentes quejas de dolor de cabeza.
Durante este período difícil para el niño, no se le puede acusar de irresponsabilidad y pereza, regañarlo por las bajas calificaciones, comparar con otros niños, humillar y mostrar impaciencia con su comportamiento. La forma en que pasará el período de adaptación del comienzo del año escolar depende no solo de su final exitoso, sino también de la vida de su hijo; recuerde esto.
Cómo garantizar una adaptación cómoda a las nuevas condiciones
Durante las vacaciones, los niños tienen la máxima libertad, no se respeta el régimen, todas las fuerzas de los padres, los abuelos están dirigidos a que el niño descanse. Los niños cambian rápida y fácilmente a este régimen, pero la preparación para la escuela les provoca emociones negativas y los padres amorosos tratan de llevar este "negocio" lo más lejos posible.
La mayoría de nosotros creemos que la psique del niño se reconstruye muy rápidamente y que 2-3 días serán suficientes para que ingrese al régimen de trabajo. ¡Pero esto está lejos de ser el caso! Un niño necesita de 15 a 20 días para prepararse para el comienzo del año escolar. La duración depende del almacén de carácter y temperamento. Las personas melancólicas son fácilmente vulnerables, experimentan dolorosamente incluso los más mínimos contratiempos, pero esconden emociones fuertes. Personas coléricas: expresan violentamente su estado de ánimo, están ansiosas por "pelear", pero rápidamente se agotan y cambian a otro asunto.
Se debe prestar especial atención a aquellos niños que superan el hito: ir al primer grado, pasar al quinto o décimo grado. El régimen está cambiando, el profesorado, el estrés físico y emocional aumenta. Es importante tener paciencia y mostrar el máximo tacto con los niños durante este período.
¿Siempre listo?
Debe comenzar a pensar en preparar a los niños para la escuela en medio de las vacaciones. Deje que la adherencia y la nutrición adecuada se conviertan en compañeros de entretenimiento y aire fresco. Un mes antes del comienzo del año escolar, debe aumentar gradualmente el tiempo de sueño, para acostar y despertar al niño antes.
Leer libros: deje que esta actividad sea obligatoria, pero no puede forzarla. Introduzca la lectura diaria de literatura interesante, incluso en línea, pero para que el niño lea. El niño debe elegir el tiempo por su cuenta.
Estudiantes de primer grado - dificultades del período
El comienzo del año escolar es más difícil para los estudiantes de primer grado. No es necesario obligar al niño a estudiar más después de la escuela. No insista en asistir a clubes y secciones, déjelo caminar mucho y jugar juegos activos después de la escuela. Pero si un niño quiere ir a clases de baile, lucha libre o pintura, no se desanime. Solo asegúrese de que no se cansen ni distraigan del plan de estudios de la escuela.