Resulta que la somnolencia después de comer está fisiológicamente justificada. Los científicos modernos han demostrado que dormir después de comer es necesario, en cualquier caso, es deseable. Prácticos japoneses y residentes de otros países asiáticos aplicaron los descubrimientos de los científicos en la práctica e introdujeron el sueño obligatorio para los empleados por la tarde en las instituciones gubernamentales.
Después de comer, quiero dormir. Los animales que no están limitados por las normas de comportamiento en la sociedad, que tienen una comida abundante, deben quedarse dormidos. La somnolencia después de comer es característica de casi todos los seres vivos. La ocurrencia de tal estado se explica por dos versiones.
Durante bastante tiempo, solo hubo una explicación para la siesta de la tarde: el estómago, habiendo recibido una porción de comida, comienza a procesarla y la sangre corre hacia el estómago para proporcionarle energía para este trabajo. La redistribución de la sangre en el cuerpo conduce al hecho de que el cerebro recibe menos sangre y, por lo tanto, menos oxígeno. Esto es lo que causa la somnolencia.
Pero no hace mucho, apareció otra versión. Científicos del Reino Unido (de la Universidad de Manchester) encontraron que después de comer, la actividad de esas células cerebrales que mantienen un estado de vigilia disminuye. La velocidad de reacción también disminuye, el proceso de pensar se ralentiza. Y la razón es que un aumento de glucosa en sangre (la glucosa ingresa al cuerpo con los alimentos) interrumpe la transmisión de los impulsos nerviosos. En particular, las células que sintetizan la hormona del vigor, la orexina, dejan de enviar señales.
Por otro lado, si los niveles de glucosa en sangre son bajos, se produce más orexina de la necesaria y es difícil que una persona hambrienta se duerma. Es casi imposible rehacer la fisiología del cuerpo y no es necesario. Por lo tanto, los científicos no recomiendan realizar un trabajo intelectual inmediatamente después de comer. En muchos países asiáticos, varias instituciones han introducido siestas por la tarde para los empleados y lugares para dormir equipados. Y en España, la tradición de la siesta - un descanso por la tarde - existe desde tiempos inmemoriales y, como ha resultado ahora, está fisiológicamente justificada.