La conciencia cotidiana práctica es el nivel de conciencia más primitivo. Incluye un conjunto de ideas, estereotipos y actitudes que se basan en la experiencia cotidiana de las personas y dominan la comunidad social a la que pertenecen. Tal conciencia se caracteriza por errores que contribuyen a la preservación de los prejuicios y obstaculizan el conocimiento científico del mundo. Sin embargo, la fijación de conexiones frecuentemente repetidas entre personas y cosas (sabiduría popular), característica de la conciencia pública, permite sacar conclusiones correctas, lo que se prueba con la práctica de la vida cotidiana.
En el nivel de la conciencia cotidiana, las personas de una forma u otra pueden darse cuenta de los significados aceptados de la vida social, sin el uso de métodos y medios de actividad cognitiva especialmente organizada. La conciencia ordinaria describe los fenómenos de la vida a nivel de observaciones simples e ideas cotidianas, que se presentan a los representantes de la sociedad como las "reglas del juego" necesarias, así como en un grado u otro son asimiladas y aplicadas por ellos.
Que es la conciencia científica
A diferencia de la conciencia ordinaria, la ciencia teórica se considera una forma superior, ya que describe las conexiones y patrones que existen entre fenómenos y objetos de manera demostrativa y con la mayor precisión posible.
La conciencia científica se diferencia de la ordinaria por el rigor del enfoque, así como por la confianza en el conocimiento científico básico preliminar en el que se basa. La conciencia teórica y cotidiana interactúan entre sí. El primer tipo en relación con el segundo es secundario, pero también lo cambia.
Hay que tener en cuenta que los estereotipos estables y las formas de conciencia cotidiana en varios casos no son capaces de ser la verdad última, ya que se limitan al nivel empírico. En este nivel, los intentos de comprensión suelen dar lugar a ilusiones, delirios y falsas expectativas, tanto a nivel social como personal. Sin embargo, la vida cotidiana es imposible sin la conciencia ordinaria.
La conciencia científica teórica, que por su especificidad no puede ser masiva, continúa operando sólo en el nivel pragmático y racional, que es natural para la organización de las formas universales de cultura superior.
¿Cuál es el valor de la conciencia cotidiana?
No concluya prematuramente que la conciencia ordinaria es defectuosa. Sin embargo, hasta cierto punto refleja realmente la conciencia pública de las grandes masas, que se encuentran en un cierto nivel de desarrollo cultural, por lo general muy bajo.
Por otro lado, si un individuo tiene una alta organización cultural, su presencia generalmente no solo no contribuye, sino que incluso dificulta su participación factible en la producción de diversos valores materiales a nivel primario. En general, alrededor del 70% de la sociedad suele estar más interesada en la utilidad, la aplicación práctica del conocimiento en la vida real.
La conciencia cotidiana de una sociedad sana se distingue por la armonía y la integridad, asegurando su vitalidad. Por lo tanto, tal conciencia, que refleja la realidad, está más cerca de la realidad que otros tipos. Además, es a partir de la diversidad de la experiencia de la conciencia cotidiana de la sociedad que la religión, la filosofía, la ideología, las artes y las ciencias aparecen como las formas más elevadas de conciencia humana universal que constituyen el contenido de la cultura.