La duodécima semana de embarazo es el final del primer trimestre. Para la mayoría de las mujeres, se convierte en el comienzo de un cambio radical en la salud: la toxicosis con todas sus sensaciones desagradables comienza a disminuir y gradualmente desaparece por completo.
A las 12 semanas de gestación, la placenta asume un papel principal en la producción de hormonas necesarias para el desarrollo del feto, y el cuerpo lúteo, formado en el sitio de un óvulo fertilizado, completa su trabajo. Con el marchitamiento del cuerpo lúteo, se asocia el alivio de la condición de la mujer embarazada.
En algunas mujeres, la toxicosis puede persistir durante un período más prolongado, especialmente si se esperan varios bebés.
El desarrollo del feto está en pleno apogeo. En el hígado comienza la producción de bilis, necesaria para la digestión de las grasas de la dieta en la vida extrauterina del niño. Los intestinos comienzan las primeras contracciones peristálticas, como si estuvieran probando suerte.
El desarrollo activo del cerebro fetal continúa, ya tiene un parecido casi completo con el cerebro de un adulto, solo que difiere mucho en tamaño.
El peso del feto a la duodécima semana de embarazo es de 13-14 gramos y su altura desde la corona hasta el sacro es de hasta 9 cm.
A las 12 semanas de embarazo, la mayoría de las mujeres se someten a un procedimiento de ultrasonido, donde se puede examinar al bebé. A estas alturas, ya se puede ver en la pantalla cómo se chupa el dedo, capturando su boca.
Ya hay glóbulos rojos en la sangre fetal y comienza la producción de glóbulos blancos llamados leucocitos. Pero hasta ahora no pueden proteger a un organismo pequeño de las infecciones. Los principales protectores en el útero y durante varios meses después del nacimiento serán los anticuerpos recibidos de la madre a través de la sangre y la leche materna.
