Un quiste es una cavidad llena de líquido, un tumor benigno capaz de afectar varios sistemas del cuerpo humano, en algunos casos incluso durante su desarrollo intrauterino. Una de las patologías más comunes en los recién nacidos es un quiste cerebral. Su desarrollo se basa en varias razones. Este tumor no representa una amenaza para la vida del niño, pero siempre requiere un cuidadoso seguimiento y control por parte de especialistas.
Causas de los quistes cerebrales en los recién nacidos
En la mayoría de los casos, el desarrollo de un quiste cerebral en los recién nacidos se basa en patologías del sistema nervioso central que surgen incluso en la etapa de formación intrauterina del feto. Muchos de ellos, que se encuentran en los primeros meses de vida de un bebé, se deben a la presencia de ciertas enfermedades en una mujer durante el embarazo. Un quiste cerebral en un recién nacido es provocado por infecciones: encefalitis, meningitis. La presencia del virus del herpes en el cuerpo de una mujer también puede causar esta dolencia en un niño.
Varias enfermedades, incluido un quiste cerebral, causan hipoxia, que es bastante común en mujeres embarazadas. La falta de oxígeno que experimenta el cuerpo del niño durante la hipoxia puede provocar muchas patologías de sus órganos internos y del cerebro. Un quiste es una de las consecuencias más comunes de la privación de oxígeno del cerebro de un niño durante el desarrollo intrauterino.
Las lesiones en la cabeza en los recién nacidos durante el parto o en los primeros días de vida también pueden conducir a la formación de un quiste cerebral.
Síntomas de un quiste cerebral en recién nacidos
Los síntomas dependen completamente del tamaño del quiste y su ubicación. Las neoplasias grandes tienen un efecto negativo en el estado de todo el cuerpo del niño y pueden provocar un retraso en su desarrollo mental y físico.
El quiste del cerebro tiende a aumentar. Las lesiones en la cabeza, las enfermedades inflamatorias e infecciosas pueden provocar su rápido crecimiento.
Se debe sospechar un quiste cerebral si el recién nacido presenta los siguientes síntomas:
- falta de sueño, falta total de sueño o, por el contrario, somnolencia excesiva;
- hinchazón de la fontanela;
- temblor de las extremidades;
- pérdida irrazonable del conocimiento;
- aumento de la ansiedad;
- hipertonicidad muscular;
- vómitos, regurgitaciones frecuentes;
- epilepsia.
Los niños con quistes cerebrales suelen tener un aumento de la presión intracraneal. Los dolores de cabeza crónicos se convierten en la causa del mal humor del niño y la falta de sueño adecuado. Un quiste puede comprimir varias estructuras del cerebro, lo que da lugar a problemas de coordinación motora, convulsiones, desmayos y problemas de visión y audición.
Tratamiento de un quiste cerebral en recién nacidos
La terapia se prescribe teniendo en cuenta el tipo de quiste, su tamaño, la presencia de ciertas manifestaciones en el niño. Algunos quistes tienden a resolverse por sí solos en unos pocos meses. Al diagnosticarlos, se establece una observación cuidadosa del niño por parte de especialistas.
El tumor debe extirparse si alcanza un gran tamaño y afecta negativamente el bienestar y el desarrollo del recién nacido. El quiste se puede extirpar de varias maneras: mediante un endoscopio, un injerto de derivación o una craneotomía. Este último método se usa muy raramente y solo en casos de emergencia.
Un quiste cerebral en un niño es la causa del desarrollo de una enfermedad tan peligrosa como la hidrocefalia, por lo tanto, dejar esta patología desatendida es inaceptable.