Las relaciones de correspondencia a menudo se desvanecen, sin tener tiempo para extenderse al presente. Las personas son capturadas por los eventos del mundo real y las cartas quedan sin respuesta. Si en algún momento se dio cuenta de que sin un amigo por correspondencia, el mundo no es agradable para usted, puede reanudar su comunicación.
Instrucciones
Paso 1
Por lo general, la culpa de la terminación de la correspondencia recae en el último que no respondió a la carta. Sin embargo, dado que usted es el interesado, deberá actuar en cualquier caso.
Paso 2
Si la correspondencia terminó contigo, y por un tiempo no cumpliste con la letra, puedes pensar en una buena razón por la que no respondiste. Quizás estabas descansando en una casa de campo donde no hay Internet, o accidentalmente derribaste una taza de café en tu computadora portátil, o quizás tu hámster mordió los cables. Después de haber decidido inventar una mentira convincente, debe estar seguro de que su contraparte no podrá condenarlo por ello. Es decir, realmente debería tener una computadora portátil, un hámster y una cabaña de verano.
Paso 3
Si una vez su amigo dejó de responder a sus cartas, intente enviarle mensajes de texto nuevamente después de un tiempo. No derrames sobre él reclamos y reproches airados. Compórtate como si nada, cuéntanos qué cosas nuevas han aparecido en tu vida durante este tiempo. Asegúrate de preguntarle cómo le está yendo a tu amigo. Al final, tal vez no respondió a sus mensajes por motivos graves: enfermedad, viajes de negocios.
Paso 4
Si no se comunicaron por correo electrónico, pero se enviaron cartas en papel reales, considere si el servicio postal fue responsable de la terminación de su comunicación. Si la respuesta no llega demasiado, escribe otra carta en la que te quejes del trabajo de los carteros domésticos. Y de ahora en adelante, puede utilizar cartas certificadas con notificaciones.
Paso 5
Érase una vez, usted y su amigo intercambiaban direcciones, prometiendo escribir el uno al otro, pero todavía no podía conseguirlo, y ahora han pasado varios años y escriben “¡Hola! ¿Recuerdas cuando decidimos que nunca nos perderíamos el uno al otro después de la graduación y mantendremos correspondencia todos los días? de alguna manera inconveniente. Armarse de valor. No comience su carta con una disculpa. Cuéntanos cómo extrañaste a tu amigo, qué cambios han ocurrido en tu vida y qué tan bueno es hablar con una persona con la que tienes recuerdos comunes de la infancia. Si una amiga no ha perdido sus tiernos sentimientos por ti, seguramente te responderá.