Muchos padres a menudo se preguntan cómo castigar o elogiar a un niño por un acto y obtener el resultado deseado sin consecuencias negativas. Después de todo, a menudo sucede cuando el elogio va seguido del nacimiento de rasgos de carácter negativos, como la autocomplacencia, la permisividad y la arrogancia. Lo mismo ocurre con el castigo.
Un niño asustado y amargado, al que no se le ha explicado cuál es su delito, no podrá desarrollarse armoniosamente en el futuro. A menudo sucede que al niño no se le explican las reglas básicas de comportamiento, lo que es bueno y malo, cómo actuar en determinadas situaciones y no inculcar principios morales.
Según psicólogos y profesores, utilizando métodos físicos en la crianza de un niño, no se logrará el resultado deseado por los padres. Hay una serie de reglas que facilitan a los padres evitar castigos inapropiados.
El niño no debe ser castigado bajo ninguna circunstancia con la privación de alimentos. Tampoco es necesario que lo obligue a leer y escribir.
Los padres deben estar firmemente convencidos de la culpabilidad del niño.
Los adultos son un patrón de comportamiento que heredan los niños. Será difícil mostrarle al niño que es imposible dirigirse descortésmente a los mayores, aunque el padre mismo lo hace constantemente.
No señale a un niño frente a otro, no dé el ejemplo. Si ambos merecen el castigo, en consecuencia deberían recibir el mismo.
Nunca insultes a un niño ni menosprecies su dignidad.
Si el padre amenazó con castigar el delito menor y el niño lo cometió, no se olvide del castigo. Así, el bebé es consciente de la importancia de las palabras y decisiones del adulto.
A menudo sucede que las propias acciones de los niños conducen al castigo. Y recordando las consecuencias, el niño pensará si es correcto hacer esto. Por ejemplo, cuando mi madre me dijo que no se balanceara en la silla, ya que se puede caer, o que se ponga guantes para que no se le congelen las manos.
Siguiendo la regla de igual castigo, también debe elogiar a los niños por igual. Esto es cierto en familias con más de un hijo. Algunas mamás y papás no prestan atención específicamente a los méritos y éxitos de su hijo, ya que creen que así pueden malcriarlo. La alabanza juega un papel importante en el desarrollo del niño, en su actitud hacia la actividad, la paz y la conciencia de sí mismo. A veces, es importante que los padres elogien el esfuerzo cuando el bebé realmente lo intentó, pero no obtuvo lo que quería. Este será un refuerzo positivo para lograr más en el futuro.