En muchas familias, las mascotas aparecieron mucho antes del nacimiento de los niños. Con la llegada de un bebé a casa, muchos padres, ante las dificultades de cuidarlo, a menudo piensan en reconstruir a sus mascotas en nuevas "buenas manos". Pero, ¿puede esa decisión ser siempre útil para la familia?
Vivir bajo el mismo techo para niños y animales tiene muchos aspectos positivos y negativos. Por lo tanto, antes de tomar cualquier decisión, es necesario considerar el problema desde todos los lados.
Niños y animales: los pros
Durante varios milenios, las mascotas han servido fielmente a las personas. Según los resultados de una encuesta realizada entre niños de 6 a 7 años, el 97% de los jóvenes encuestados cree que sus mascotas son uno de los componentes importantes de su vida. Al mismo tiempo, la mayoría de los niños asocian a los perros con los papás, ya que los consideran sus protectores, y los gatos, con las madres, ya que en su opinión son cariñosos. Entre los aspectos positivos de la convivencia de niños y mascotas, los expertos destacan los siguientes:
- Fortalecimiento de la salud de los niños. Los niños que crecen cerca de las mascotas tienen un sistema inmunológico más fuerte y es menos probable que se enfermen.
- Un efecto positivo en la psique del niño. Un niño que juega con su mascota o simplemente la acaricia libera endorfinas, lo que resulta en alegría y felicidad. Y esto, a su vez, afecta la psique humana.
- Los niños perciben a sus mascotas como verdaderos amigos leales. Los niños están felices de jugar con sus mascotas, percibiéndolas como iguales. Tal pasatiempo tiene un efecto positivo en el desarrollo del niño: aprende a interactuar, comunicarse, gana confianza en sí mismo y aumenta la autoestima.
- Las mascotas enseñan a los niños a ser responsables. Un niño que vive bajo el mismo techo con un animal comprende que existe una categoría de esos seres vivos que necesita su cuidado. Con el tiempo, ese niño aprenderá a cuidar él mismo de la mascota. Tener los hábitos más simples de cuidar a los demás permitirá que un niño se convierta en un adulto responsable y un padre digno en el futuro.
- Las mascotas ayudan a los niños pequeños a desarrollar el habla. Muchos terapeutas del habla y psicólogos señalan que los niños que interactúan constantemente con los animales desarrollan un mejor habla. Y si un niño que sufre un retraso en el desarrollo del habla tiene un loro parlante, hablará más rápido que en la oficina de un terapeuta del habla.
Niños y animales: contras
Como todo fenómeno, la convivencia de niños y mascotas tiene aspectos negativos. Básicamente, se asocian a la carga de responsabilidad que recae sobre los padres:
- Las mascotas pueden causar algunas enfermedades. Muy a menudo, la verdadera razón por la que las familias tienen que separarse de sus mascotas es porque los niños son muy alérgicos a la lana o la saliva de los animales.
- La necesidad de dedicar más tiempo a la educación. La seguridad tanto de los niños como de los animales es el resultado de la educación. Los padres deberán dedicar mucho tiempo a criar al niño, explicándole las reglas de interacción segura con los animales y el animal, acostumbrándolo a la vida con un nuevo miembro de la familia.
- Elevados requisitos de higiene. Para proteger a su hijo de las enfermedades transmitidas por mascotas, debe limpiar las instalaciones con el doble de frecuencia. También es necesario lavar a las mascotas con más frecuencia, para realizar un tratamiento preventivo contra los parásitos a tiempo.
- Corta vida útil de las mascotas. Desafortunadamente, algunas mascotas viven muy poco en comparación con los humanos. Y explicarle a un niño dónde desapareció su amado hámster es muy difícil y requiere una tremenda fuerza mental.
Cabe señalar que el principal ejemplo moral y ético de los niños son sus padres. Si los padres se permiten ser crueles e irresponsables con las mascotas, entonces simplemente no tienen derecho a exigir que el niño cumpla con las normas y requisitos de la moral.