La vida moderna hace sus propios ajustes a todo, incluido el esquema de crianza de los hijos. Y si hace cien años un hombre era considerado el jefe de familia de pleno derecho, hoy una mujer puede hacer frente a esta responsabilidad por sí misma.
¿Para qué sirve un hombre en una familia?
¿Cómo se construían antes la vida hogareña y las relaciones familiares? Mamá cocinaba, limpiaba y criaba a los niños, y el padre hacía todo el trabajo duro de la casa: cortar leña, construir, ir a cazar o hacer herramientas. El niño siempre tuvo la imagen de un padre ante sus ojos, y lo que estaba haciendo por la familia, cómo la cuidaba, era obvio y comprensible.
Hoy en día, cuando los padres pasan la mayor parte de su tiempo en el trabajo, la forma en que se comportan en casa y la forma en que muestran su actitud hacia los niños es fundamental en la formación de la percepción que el niño tiene del papá. Y por eso es extremadamente importante que los padres modernos no solo mantengan económicamente a su familia, sino que también presten suficiente atención a sus hijos y los cuiden, en igualdad de condiciones con la madre.
Modelo a seguir
Ya sea que un hombre preste suficiente atención a sus hijos o transfiera toda la carga de esta responsabilidad a su esposa, todavía ejerce cierta influencia sobre ellos. Como saben, los niños comienzan instintivamente a imitar a sus padres, quieren ser como ellos o copian inconscientemente algunos elementos de su comportamiento. Las niñas, en cambio, ven al papá como un ejemplo de las cualidades masculinas necesarias, pues hasta cierto momento es el padre el único y más importante hombre en su vida.
Si la familia está incompleta y el padre simplemente no está presente, o la madre asume la responsabilidad y el cuidado de los hijos y el hombre no participa en su crianza, el modelo de relaciones inherente a los hijos también cambia. En esas familias, los niños crecen mimados y demasiado infantiles e incluso en la edad adulta no pueden asumir la responsabilidad de sus familias. Las niñas, en cambio, al ver que no hay nadie que las proteja y las cuide, se acostumbran a resolver sus problemas sin la ayuda de un hombre e inconscientemente la alejan, aunque se les dé esa oportunidad.
Negocio del hombre
No pienses que un hombre que pasa mucho tiempo con un niño no es un hombre. El padre de familia no solo puede, sino que también debe participar en la crianza de los hijos. Y no cuando los niños crezcan y puedas llevarlos contigo a un viaje de pesca o al zoológico, sino desde el mismo nacimiento. Estudios recientes realizados por científicos han demostrado que si un hombre no participa en el cuidado de un recién nacido, después de dos años, la madre automáticamente asume todas las responsabilidades en esta área y simplemente empuja al hombre fuera de la vida del niño. Recuerde: el cuidado y el amor son necesarios para los niños desde el primer día de vida.