En la vida de cada persona llega un momento en el que tienes que responder por tus acciones tú mismo y necesitas tomar decisiones tú mismo. Pero no todos los adultos están dotados de esta habilidad. Y la mayoría de las veces este problema se extiende desde la niñez. Seguramente todo el mundo tiene una persona familiar similar. Piense si quiere ver a su hijo así. ¿Es una persona exitosa y respetada, que confía en sí mismo? Para que un niño crezca de forma independiente, no es suficiente que simplemente crezca. Esto debería enseñarse.
En primer lugar, debe fijarse en sus propios requisitos para el niño. ¿Le da derecho a elegir? Empiece de a poco: qué desayunar o qué calcetines ponerse. Poco a poco, aumentará el alcance de los problemas en los que será posible confiar la decisión al niño.
Pero recuerde que al principio es imperativo darle a su hijo opciones entre las que elegir. Haciendo la pregunta: “¿Qué debes cocinar para el desayuno?”, Es muy posible recibir un pastel, un dulce o algo más inusualmente sabroso en opinión del niño como respuesta. Durante varios años de la vida de un niño, esta pregunta debería verse así: "¿Qué tipo de papilla quieres para el desayuno: trigo sarraceno o avena?" Luego, el niño aprenderá a elegir entre las posibles opciones. Y luego él mismo podrá ofrecer su propia versión adecuada.
La otra cara de la independencia es la responsabilidad de su elección. El niño debe aprender a aceptar las consecuencias de sus elecciones. Y, por supuesto, al principio necesitará la ayuda de sus padres. De lo contrario, no entenderá que no vale la pena usar calcetines de lana en el calor del verano, simplemente porque hace calor en ellos. Si simplemente prohíbe tales experimentos sin explicar las razones, entonces al niño le parecerá un capricho irracional de los padres, nada más. Pero después de pasar media hora en ellos, el niño se quitará y la próxima vez tendrá mayor confianza en las advertencias de los padres, porque ya ha verificado empíricamente su corrección.
Puede ser muy difícil darle independencia a un niño y no controlar a sus padres. Pero ser padre es un trabajo duro. A veces tienes que sacrificar tu propia tranquilidad por el bien del niño. Y este es exactamente el caso. De hecho, al controlar cada paso de su amado hijo, es más fácil estar seguro de que todo está bien para él, de que nada amenaza su salud y bienestar. Pero debe recordarse que esto simplemente debe hacerse por el bien del niño. Después de todo, los padres no podrán estar con él toda su vida. Y lo mejor que pueden hacer los padres amorosos es prepararlo para una vida adulta independiente.