La fractura del pene es una ocurrencia bastante rara, pero grave por sus consecuencias, ya que no solo forma un hematoma, sino que también daña los cuerpos cavernosos y puede afectar la uretra.
Dado que el pene no tiene formaciones óseas, el diagnóstico de "fractura de pene" generalmente se entiende no como una fractura clásica, sino como una ruptura subcutánea de los cuerpos cavernosos.
Este tipo de daño es más probable en el estado erecto del pene: el 60% de todos los casos ocurren en este estado. La causa puede ser un golpe en el pene o su curva fuerte y aguda durante el coito.
En tales situaciones, la fractura se produce debido al deslizamiento del pene de la vagina y su pronunciada flexión cuando descansa sobre los huesos púbicos o el perineo de la mujer. A menudo, la fractura se acompaña de daños en la uretra.
Una fractura del pene siempre se caracteriza por un crujido con el que se rompe el cuerpo cavernoso. En este momento, el paciente experimenta un dolor agudo, la erección cede y se produce una hemorragia interna.
En el sitio de la ruptura de los cuerpos cavernosos, se forma un hematoma y el pene se desvía en la dirección opuesta. En este caso, el dolor no solo no disminuye, sino que, por el contrario, aumenta intensamente, es posible un shock. El hematoma puede alcanzar un tamaño impresionante y extenderse al escroto, pubis, perineo, parte interna de los muslos y la pared abdominal anterior.
El tamaño del hematoma depende directamente de la extensión del daño.
En el sitio de la lesión, la piel primero adquiere un tinte azulado y luego se oscurece. Si la uretra se daña durante la fractura, puede ocurrir retención urinaria.
Una fractura de pene se diagnostica sobre la base de un examen y una ecografía. A veces es necesario realizar estudios adicionales, como cavernosografía y resonancia magnética.
La naturaleza del tratamiento prescrito para una fractura diagnosticada depende de la extensión del hematoma y del tamaño del daño. Si el daño es mínimo, serán suficientes medidas similares al tratamiento para un pene magullado.
En caso de lesiones graves acompañadas de una gran hemorragia, es necesaria una intervención quirúrgica. Incluye abrir el hematoma, eliminar los coágulos de sangre, detener el sangrado, suturar el área dañada y drenar la herida. Este tipo de cirugía da buenos resultados.
Sin embargo, en las primeras etapas postoperatorias, pueden ocurrir complicaciones infecciosas y en las etapas posteriores puede ocurrir impotencia y curvatura del pene. Pero las estadísticas muestran que tales fenómenos aparecen solo en el 10-12% de los casos y su causa es una visita inoportuna a un médico.
En los casos en que la fractura del pene estuvo acompañada de daño a la uretra, su restauración se incluye en el programa de tratamiento. Por lo tanto, es sumamente importante seguir exactamente las instrucciones del médico y administrar la terapia anestésica y antibiótica con antibióticos prescritos de amplio espectro, así como utilizar tratamientos de frío.
En general, las posibles complicaciones de la fractura de pene incluyen absceso de pene, desarrollo de fístula arteriovenosa, curvatura del pene, estrechamiento de la uretra y erección dolorosa.