Desafortunadamente, las peleas surgen en cualquier pareja. Pueden estropear la relación entre un hombre y una mujer por un tiempo, o incluso provocar una separación. Es muy difícil evitar por completo la aparición de conflictos con un ser querido, pero es muy posible reducir su número y prevenir consecuencias graves.
Instrucciones
Paso 1
Piense en qué causa la mayoría de las peleas en su pareja. Las razones más comunes son las siguientes.
- Disputa. A veces, durante una conversación ordinaria, las personas tienen desacuerdos, como resultado de lo cual una conversación ordinaria se convierte primero en una discusión y luego en una pelea con insultos y acusaciones mutuas.
- Discrepancia entre valores e intereses personales. Todas las personas son diferentes y, por lo tanto, lo que es importante para una persona puede ser una nimiedad para otra. Si esta situación se da en una pareja, puede generar conflicto.
- Diferentes temperamentos. Sucede que uno en pareja es lento, reflexivo, acostumbrado a sopesar todo antes de tomar una decisión, lo cual es muy molesto para su pareja, que es emocional, irascible y temperamental, a raíz de lo cual surgen las riñas.
- Asuntos domesticos. Si las personas viven juntas, tarde o temprano tienen desacuerdos sobre a quién le toca lavar los platos, quién debe limpiar la casa, etc. Ésta es la causa más común de disputas y conflictos familiares.
- El aburrimiento también puede ser motivo de palabrotas. En una relación establecida, a largo plazo, cuando la vida ya está establecida y cada día es similar al anterior, uno de los socios puede carecer de emociones, por lo que provoca un conflicto, culpando a su alma gemela por la ausencia de sentimientos.
Mira, ¿son estos momentos lo suficientemente serios como para pelear con tu ser querido? Pero, curiosamente, en algunas parejas, el conflicto llega tan lejos que la gente puede incluso separarse.
Paso 2
Si valoras tu relación y quieres mantenerla, aprende a controlar tus emociones, acciones y palabras. No debes comenzar un enfrentamiento inmediatamente después de que no te guste algo. Quizás, después de un tiempo, resulte que simplemente entendiste mal algo y el conflicto se puede evitar. Además, tendrás tiempo para calmarte, para que puedas discutir tranquilamente la situación, sin insultos ni acusaciones.
Paso 3
Sepa cómo detenerse a tiempo. Si siente que su argumento va demasiado lejos y la atmósfera comienza a calentarse, deje de hablar. No debe hacerlo de manera abrupta o anunciar que ya no quiere discutir nada. Simplemente invite a todos a no estar convencidos.
Paso 4
Perciba a su ser querido por quién es, con todas sus ventajas y desventajas, intereses, pasatiempos y rasgos de carácter, si quiere estar con él. No intentes rehacerlo, no abuses de los consejos sobre qué hacer y cómo comportarte, porque a pocas personas les gustará moralizar.
Paso 5
No se tome demasiado en serio los problemas cotidianos. Si su ser querido no lavó los platos cuando usted le pidió, o no volvió a poner algo en su lugar, no jure. Vuelve a intentar insinuarle con delicadeza y, si no vuelve a entender, recuérdale que prometió ayudarte.