A medida que los niños se desarrollan y crecen, dominan cada vez más el espacio, incluso en el hogar, y también adquieren experiencia de vida. Es importante que todos estos procesos sean seguros para el niño.
Independientemente de la edad y el nivel de desarrollo, debe ocultar lo siguiente a los niños:
- medicamentos;
- plaguicidas y sustancias potentes (aceites esenciales, complementos dietéticos, etc.);
- alcohol y cigarrillos;
- armas;
- a petición y discreción de los padres - cosas valiosas y dinero.
Qué esconder de los niños que están aprendiendo a gatear y caminar
Cuando un niño comienza a explorar activamente el mundo que lo rodea, sus padres deben hacer que este proceso sea lo más seguro posible, tanto para el bebé como para el hogar. El primer paso es quitar todos los objetos frágiles y valiosos del alcance del niño. No deje teléfonos celulares, computadoras portátiles y otros dispositivos en un lugar accesible: el niño no solo puede tirar del cable y dejarlos caer sobre sí mismo, lo que está plagado de lesiones, sino que también puede romper cosas bastante caras.
Es importante evaluar el daño potencial de todos los objetos que puedan estar al alcance del niño y luego ocultar los más peligrosos. Por ejemplo, revistas: los niños menores de un año pueden arrancar un trozo de página y llevárselo a la boca, con riesgo de asfixia. Si un adulto no está cerca en este momento, tal situación puede volverse peligrosa para la salud e incluso la vida del niño. Por lo tanto, los libros, revistas, periódicos, bolsas de plástico y todo lo que pueda convertirse en una fuente de diversos problemas deben elevarse u ocultarse.
Muchos expertos recomiendan que los padres dediquen unos minutos al día a explicarle a sus hijos las posibles consecuencias de ciertas acciones; en este caso, muchas menos cosas tendrán que ocultarse más adelante.
Seguridad de los niños mayores
La sabiduría popular dice: "niños pequeños - pequeños problemas", lo que implica que, a medida que los niños crecen, la escala de los problemas, desafortunadamente, puede aumentar. Por lo general, los niños que han cumplido 5-6 años ya comprenden el peligro que representa un vaso de té caliente, unas tijeras afiladas y un cable eléctrico que sobresale del suelo (por supuesto, si los padres se aseguraron de que su hijo aprendiera tales cosas en hora). Así, ya no podrás esconder las tijeras y la barra de la aguja, así como otros accesorios para la costura (por supuesto, si hay adultos cerca que tienen el control de lo que está pasando), pero al mismo tiempo, es hora de quitar algunos otros elementos.
En la edad preescolar, muchos niños comienzan a mostrar interés por los libros y pueden reaccionar fuertemente a lo que ven. No debe dejar en un lugar accesible materiales que puedan dañar la psique del niño, por ejemplo, revistas y periódicos con descripciones de delitos y fotografías correspondientes. Si hay libros o revistas para adultos en la casa, también es hora de esconderlos bien. No será superfluo consultar las ilustraciones en los libros que puedan estar a disposición del niño, por si acaso.
Cosméticos y productos químicos domésticos
Idealmente, un niño de entre 5 y 6 años ya tiene alguna idea de quién, cómo y por qué usa este o aquel objeto. Por ejemplo, una niña que ve a su madre usando desodorante no solo comprende completamente el significado de lo que está sucediendo, sino que ella misma puede usarlo si quiere. Sin embargo, un niño al que no se le explicó a tiempo para quién y para qué perfume y polvos, rímel y lápiz labial se necesitan, así como cómo usarlos, puede, en primer lugar, lesionarse, una reacción alérgica o envenenamiento y, en segundo lugar, arruinarse. cosméticos caros …
No almacene productos químicos domésticos en recipientes para comida para bebés, dulces o productos comestibles; esto puede causar intoxicación si el bebé abre accidentalmente el biberón o la caja y decide probar el contenido.
Después de ver que el niño está interesado en un objeto, es mejor dedicar un poco de tiempo a explicar y mostrar cómo usarlo correctamente. De lo contrario, el niño mismo intentará satisfacer su curiosidad, habiendo llegado a la "fruta prohibida". Si un niño, por ejemplo, decide repetir el gesto de su madre e intenta abrir el perfume con un atomizador, existe una alta probabilidad de que el chorro le llegue a la cara y los ojos. Para evitar esto, es mejor ocultar dichos objetos con anticipación o enseñar al niño a usarlos correctamente lo antes posible.