La comunicación y los juegos conjuntos entre los niños no siempre son serenos y alegres. Los padres a menudo son testigos de conflictos violentos, procedimientos e incluso peleas. El primer impulso es tomar la situación en nuestras propias manos y de alguna manera reducir la disputa a la nada, pero con una reflexión más sobria, cualquier padre amoroso comprenderá que la situación no se puede resolver de esta manera, un enfoque más significativo y profundo es requerido. Será útil para papás y mamás saber cómo resolver un conflicto entre niños, si ha surgido, y en qué situaciones es mejor no interferir en lo que está sucediendo.
Los conflictos de los niños se distinguen por el hecho de que sirven como una forma de conocer el mundo y una oportunidad para presentarse. Mediante ensayo y error, los niños pequeños tratan de comprender y encontrar su lugar en la vida y la sociedad. Al principio, todo esto sucede de forma inconsciente y a nivel de la intuición. Los padres deben decidir por sí mismos qué tan en serio se toman los conflictos entre niños; esto ayudará desde una edad temprana a desarrollar en el niño la capacidad de comunicarse y resolver las diferencias.
Qué deben hacer los padres cuando los niños pelean
No asuma que todas las quejas y disputas entre los niños se resolverán por sí mismos. Los niños tienen la mente tan abierta sobre sus emociones que no pueden controlarlas sin la ayuda de sus padres. Pero si la tarea de los adultos es criar a una persona independiente y cuerda que sepa cómo comportarse en un equipo, entonces la interferencia en el juego de los niños debe ser lo suficientemente discreta y no representar una amenaza psicológica. Hay varios puntos clave a tener en cuenta al resolver conflictos entre niños.
1. La falta de objetividad es la principal razón que puede llevar a un adulto a sacar conclusiones erróneas. Aprende a alejarte del mundo de tus gustos y disgustos, no trates un poco peor al bebé solo porque te parezca un matón o una persona traviesa.
2. El problema del espacio personal puede separar incluso a los adultos en lados opuestos de las barricadas. Enseñar a los niños desde los primeros días a respetar el territorio ajeno y propio. Esto se aplica a todo: un rincón personal, juguetes, cosas, platos (si es aceptado en la familia). Sin embargo, el concepto de propiedad no significa que no pueda tomar los juguetes de otra persona o dar los suyos a otra persona. A los niños se les debe enseñar la bondad, la solidaridad desde una edad temprana, y se debe desarrollar en ellos el deseo de hacer algo que agrada a los demás y de forma gratuita. Los conflictos que se desarrollan sobre la base de "No daré, devolveré" deben ser pacificados sin ruido. A veces es útil distraer a los niños de la división de la propiedad y luego discutir el problema con ellos.
3. No subestime a sus hijos. Ellos mismos resuelven con éxito muchos conflictos. A veces es útil convertirse en un observador externo y no interferir con el desarrollo de los eventos (estamos hablando solo de situaciones que no representan una amenaza para la salud física y moral). Si la disputa se intensifica, puede preguntar con calma si los niños necesitan ayuda. Suelen ser ellos mismos quienes piden la intervención ajena de los adultos a través de quejas y lágrimas o, por el contrario, prefieren resolverlo todo ellos mismos.
Cómo los adultos pueden resolver los conflictos entre niños
En cualquier situación, la tarea de los padres es enseñar a los niños a afrontar los problemas de la vida y la insatisfacción con lo que está sucediendo. Y esto debe hacerse mientras son pequeños y la autoridad de un adulto sigue siendo bastante alta.
Idealmente, durante los litigios y disputas de niños, los adultos deben permanecer como mediadores pasivos que usan palabras deliberadas para canalizar las emociones de los niños en la dirección correcta.
1. Abra los ojos de sus hijos a lo que sucede en su ruidosa compañía. Deje que todos describan la situación como la ven. A menudo, las burlas e insultos inocentes pueden convertirse en un trauma psicológico de por vida, y con la intervención oportuna de un adulto, esto puede evitarse.
2. Dé a los niños la clave para resolver el problema, deje que cada uno sugiera su propia versión de cómo resolver el conflicto. Si no se encuentra una salida mediante esfuerzos conjuntos, diga con calma que el juego ha terminado, y si los niños están interesados en continuarlo, entonces deben llegar a un compromiso razonable, por ejemplo, ceder el uno al otro.
3. Anime a los niños a establecer nuevas reglas para ayudarlos a evitar confusiones en el futuro. Si lograron resolver un conflicto juntos, consolidar el resultado, asegúrese de elogiar la contribución de cada niño al éxito de la causa común.
Recuerde la impresionabilidad de los bebés: en momentos de conflictos violentos, cambie sus emociones a otra cosa, no menos vívida e impresionable. Más tarde, cuando el calor se haya enfriado, recuerde el pasado y discuta un problema que ocurrió hace algún tiempo. No dejes que todo siga su curso, no finjas que no pasó nada.
Para resolver el conflicto entre niños, ingrese en la posición de cada niño, mire el mundo con sus ojos, recuerde su infancia, no ignore las lágrimas y los reproches, porque la vulnerabilidad del alma de un niño deja huella de por vida.
Mira las acciones de los niños. Todo lo que saben y son capaces de, se lo presentamos, y si algo en su comportamiento le preocupa, mire más de cerca, tal vez esto sea solo una respuesta de su propio comportamiento.
Por último, pero no menos importante, dé a los niños la sensación de que son un equipo. Déjalos jugar traviesos, jugar traviesos, pero si sentiste que en ese momento nació la unidad entre ellos, retrocede. Incluso si cruzaron la frontera un poco, el hecho de que los niños estén juntos debería agradar sobre todo.