Recientemente, en la calle se pueden ver padres que llevan a sus hijos con correas especiales. A primera vista, esto parece bastante ridículo y extraño, porque este accesorio generalmente está destinado a animales que caminan. Sin embargo, no se deben sacar conclusiones precipitadas. Vale la pena comprender qué es la correa de un niño y por qué la necesita.
Variedades de correas para niños
Los fabricantes ofrecen varios modelos diferentes de correas para bebés. Las riendas se consideran las más seguras, están equipadas con un soporte rígido y sujetan al bebé con bragas suaves. Este modelo de correa distribuye uniformemente la carga sobre la frágil columna vertebral del niño.
Otro modelo amigable para los bebés son las riendas, que van unidas al pecho, axilas y hombros. La correa está forrada con una tela suave para el pecho para protegerlo de las rozaduras. Este modelo se distingue por una amplia gama de ajustes, permitiendo el uso de las riendas tanto en ropa de invierno como de verano.
El modelo más sencillo son las riendas, que constan de eslingas y hebillas ajustables. La correa es adecuada para niños mayores que ya han aprendido a pararse con confianza en sus pies, pero pueden caerse al moverse. Controla el equilibrio del bebé, pero no lo sostiene.
Otra solución interesante para las riendas de los niños es un modelo que consta de una mochila y una correa sujeta a la misma. Estas riendas son adecuadas para niños muy activos que no quieren caminar de la mano con un padre.
¿Por qué un niño necesita una correa?
Los primeros pasos del bebé son una gran alegría para los padres, pero pueden verse ensombrecidos por las frecuentes caídas del niño y las lesiones relacionadas. Las riendas para bebés pueden brindar total seguridad a los niños pequeños que recién comienzan a dar sus primeros pasos.
Cuando el niño ya está aburrido de gatear, se levanta y aprende a caminar. Este período está asociado con la primera caída, hematomas y llanto fuerte. Desafortunadamente, sin esto, el bebé no aprenderá a pisar fuerte por el camino. Sin embargo, mamá está tratando de salvar al bebé, atraparlo a tiempo y no dejarlo caer y golpearlo.
La correa del bebé abraza suavemente el cuerpo del bebé, lo que permite que la madre controle los pasos, protegiendo al bebé de hematomas y magulladuras. Este dispositivo no solo es capaz de proteger al bebé, sino también de proteger la espalda de la madre, ya que necesita agacharse de vez en cuando, doblando su cuerpo para llevar al pequeño peatón de la mano.
La correa de un niño también es un medio para controlar a un explorador inquieto. Como saben, los niños son muy curiosos. Se sienten atraídos por objetos sucios y peligrosos, pozos y charcos, escotillas abiertas y bordillos. Es difícil hacer un seguimiento del niño ágil. Y aquí la correa viene en ayuda de los padres. En cuanto el niño se dirige hacia el foso, mamá o papá, con un leve movimiento de la mano, aparta con decisión y cuidado al bebé inquisitivo y previene un posible desastre.
¿Y si de repente apareciera una bicicleta, un coche o un perro sin hogar? ¿Cómo proceder? Llamar a un niño y gritar es inútil, porque la reacción de los bebés deja mucho que desear. Las riendas pueden hacer frente a esta tarea sin dañar al niño ni paralizarlo. El padre simplemente detendrá al fugitivo a tiempo.
También es posible otra situación: la madre tiene varios hijos pequeños. Un bebé duerme en sus brazos o se sienta en un cochecito, el resto camina o corre de forma independiente por el sendero. ¿Cómo, entonces, hacer un seguimiento de todos ellos? Uno toma una hoja sucia de un árbol y se la mete en la boca, el otro corre tras la mariposa, el tercero duerme en sus brazos, pero mamá está sola. En este caso, una correa para niños es algo insustituible. Le permite controlar los movimientos de los inquietos, evitando problemas.
Correa para un niño: pros y contras
Existe la opinión de que la correa para niños es algo completamente inútil e incluso dañino. Quienes se oponen a esta invención creen que las riendas restringen la libertad de movimiento del niño, no le permiten explorar el mundo de manera activa y afectan negativamente la psique del niño frágil.
Quizás esta opinión todavía contenga algo de verdad. Para que un niño camine con confianza, necesita aprender a caer, "ganarse" los primeros moretones y golpes. Por supuesto, existe un peligro en esto, pero es necesario para el desarrollo normal. Al proteger al niño de caídas, hematomas, dolor y otros momentos negativos, los padres pueden dañar a su bebé. Después de todo, existe la posibilidad de que su hijo crezca como una persona dependiente, evitando situaciones difíciles.
Por otro lado, hay situaciones en las que realmente se necesitan las riendas del bebé. Por ejemplo, si la madre está embarazada, tiene varios hijos, cuando una persona mayor camina con el niño, que no es capaz de seguir el rastro del pequeño inquieto. Por tanto, aparentemente, todo depende de la situación concreta.
Si comprar una correa para niños y con qué frecuencia usarla, cada padre decide de forma independiente. Después de todo, solo los padres saben qué es lo mejor para su bebé.