A menudo, los términos "espíritu" y "alma" se consideran sinónimos. Sin embargo, están separados porque son componentes de la personalidad de una persona. Para evitar confusiones en el futuro, es mejor saber en qué se diferencian estos conceptos entre sí.
La personalidad de cualquier persona es integral y consta de tres componentes: cuerpo, espíritu y alma. Están unidos e interpenetrados. A menudo, los dos últimos términos se confunden y se consideran sinónimos. Pero la Biblia separa estos dos conceptos, aunque a menudo se confunden en la literatura religiosa. De ahí la confusión que suscita dudas sobre este tema.
El concepto de "alma" y "espíritu"
El alma es la esencia inmaterial del individuo, está contenida en su cuerpo y es la fuerza motriz. Con ella, una persona puede existir, gracias a ella aprende el mundo. Si no hay alma, entonces no habrá vida.
El espíritu es el grado más alto de la naturaleza humana, lo atrae y lo conduce a Dios. Según la Biblia, es su presencia lo que coloca a la personalidad humana por encima de otras criaturas en la jerarquía existente.
Diferencias entre alma y espíritu
En sentido estricto, el alma puede denominarse vector horizontal de la vida de una persona, conecta su personalidad con el mundo, siendo el área de sentimientos y deseos. La teología divide sus acciones en tres líneas: sentimental, deseable y reflexiva. En otras palabras, se caracteriza por pensamientos, emociones, sentimientos, un deseo de lograr una meta, un deseo de algo. Puede tomar decisiones, aunque no siempre sea la correcta.
El espíritu es un punto de referencia vertical, que se expresa en la búsqueda de Dios. Sus acciones se consideran más puras porque ella conoce el temor de Dios. Lucha por el Creador y rechaza los placeres terrenales.
Según las enseñanzas teológicas, se puede concluir que no solo una persona tiene alma, sino también animales, peces, insectos, sino que solo una persona posee el espíritu. Esta delgada línea debe entenderse y sentirse aún mejor a un nivel intuitivo. Esto se verá favorecido por el conocimiento de que el alma ayuda al espíritu a entrar en el cuerpo humano para mejorarlo. También es importante saber que una persona está dotada de un alma al nacer o al concebir. Pero el espíritu se envía precisamente en el momento del arrepentimiento.
El alma da vida al cuerpo, similar a la sangre que penetra en las células del cuerpo humano e impregna todo el cuerpo. En otras palabras, una persona lo posee, además de un cuerpo. Ella es su esencia. Mientras una persona viva, el alma permanece en el cuerpo. Cuando muere, no puede ver, sentir, hablar, aunque tiene todos los sentidos. Están inactivos porque no hay alma. El espíritu, por su naturaleza, no puede pertenecer al hombre; fácilmente lo deja y regresa. Si se va, la persona no muere y sigue viviendo. Pero el espíritu da vida al alma.