Los niños caprichosos son un horror para los padres. Los gritos constantes, las rabietas y el mal comportamiento pueden enfurecer incluso al adulto más paciente. ¿Qué hacer? Castigar o ignorar no siempre ayuda. Pero hay otras formas de influir en su bebé.
Instrucciones
Paso 1
Utilice su miedo infantil a perderse algo. Los niños son naturalmente muy curiosos, siempre se esfuerzan por aprender cosas nuevas, además, tienen sus propios intereses. Por lo tanto, si un niño pequeño no quiere lavarse o cepillarse los dientes, los padres pueden invitar a algún juguete en su lugar, diciendo que un oso o una muñeca serán excelentes para hacerlo. Se puede agregar que ahora solo los juguetes comerán dulces, si son tan buenos para cepillarse los dientes. A partir de ahora, al bebé no le faltará el lavado.
Paso 2
Aporta un poco de magia a tus actividades diarias. Un desayuno al estilo de los héroes de un cuento de hadas o una cama como una princesita ayudará al niño a comer incluso alimentos no amados y a acostarse con placer por la noche.
Paso 3
Utilice una pequeña recompensa por las acciones del niño. Si no quiere comer verduras, prométele un delicioso postre después de la cena, si no le gusta guardar sus juguetes, dile que le leerás un cuento de hadas más tarde. Por supuesto, no debes hacer esto todas las veces, convirtiendo la relación con el bebé en un trueque. Pero incluso los adultos a menudo se prometen a sí mismos algo agradable después de una decisión o acción difícil.
Paso 4
Utilice ejemplos positivos de los personajes favoritos de su hijo. Presta atención a cómo los animales de las caricaturas se lavan por la mañana o comen bien, protege a los más pequeños. A los niños les gustan mucho los animales, así que puedes recordarlos para que el niño haga con mayor alegría lo que antes no le gustaba. De ahora en adelante, puedes nadar en el baño como un pez, comer verduras como un conejo y papilla como un pájaro picotea granos.
Paso 5
Convierte los caprichos en diversión. Si un niño quiere caminar en un charco, meterse en el barro, estirarse en el suelo, a veces vale la pena dejarlo hacerlo. Y entonces verá que no todo lo que quiere es tan agradable. Además, ya no estará tentado a volver a desear lo prohibido cuando deje de serlo.