Antes del nacimiento del segundo hijo, a los padres les gustaría saber si será similar al primero en temperamento y carácter. Si el niño más pequeño se calma más depende de muchos factores.
La experiencia de los padres calma al niño
La tranquilidad de un niño depende en gran medida de la atmósfera que lo rodea. Con el primer bebé, cualquier acción genera dudas e inquietudes en los padres. Y esta preocupación se transmite invariablemente al bebé. Cuando nace el segundo hijo, la madre ya tiene experiencia en el cuidado de los niños y, por lo general, reacciona de manera mucho más contenida a los cólicos, el llanto por la dentición y la lepra del niño pequeño. Después de todo, una mujer comprende que estos son problemas temporales, que pronto pasarán, y todo lo que se requiere de ella es que muestre más amor y paciencia. Los padres saben cómo hacer frente a la enfermedad, qué y cuándo alimentar a su bebé. Esta confianza y tranquilidad se transmite al bebé. Por eso, muchos padres señalan que en los primeros meses de vida los segundos hijos duermen mejor y lloran menos.
Las madres y los padres de segundos hijos ya saben cómo cuidar a los bebés y entienden qué puede causar malestar físico en un bebé. Por lo tanto, el bebé cambia los pañales a tiempo, los primeros signos de hambre se reconocen y se acuesta hábilmente cuando el bebé muestra que está cansado. Gracias a esto, el segundo bebé tiene muchas menos razones para llorar y llorar.
Asuntos de salud y desarrollo
El estado emocional del niño está influenciado principalmente por su salud. Si un bebé tiene algún problema neurológico o algo le duele, no importa cómo nació. Estará inquieto hasta que sus padres y médicos lo ayuden a sobrellevar su enfermedad.
Los segundos niños suelen adquirir habilidades motoras más rápido: comienzan a sentarse, gatear y caminar antes, porque ven el ejemplo de un hermano o hermana mayor ante ellos todos los días. Por lo tanto, el segundo hijo suele ser más activo que el primero.
La calma del niño más pequeño depende del comportamiento del mayor
Si la diferencia entre los niños es pequeña y la madre está sola con ellos todo el día, ambos niños pueden perder la atención y se sentirán atraídos por los gritos y los caprichos. El bebé solo puede llorar por mamá. Los celos de un niño mayor también pueden manifestarse a través de gritos y caprichos. Este ambiente ruidoso afecta al segundo hijo.
El temperamento se construye desde el nacimiento
La tranquilidad del bebé también está determinada por su temperamento. Aún no se conoce por completo cómo y por qué se forma. Muchas personas asocian esto con las peculiaridades del curso del embarazo, la situación psicológica en la familia o factores horoscópicos. Lo más probable es que todo lo anterior importe.
La mayoría de los padres notan que el temperamento de un niño es visible literalmente desde los primeros días de su vida. De esto podemos concluir que la base de la tranquilidad del bebé radica en su carácter y no depende de si nació primero o segundo.