Los padres cariñosos siempre vigilan de cerca la salud de su bebé. Simplemente no pueden evitar notar cuando su hijo no se siente muy bien, y más aún si está vomitando o vomitando. Estos síntomas desagradables pueden indicar una amplia variedad de enfermedades infantiles. Por lo tanto, es muy importante determinar a tiempo de qué tipo de dolencia está enfermo el bebé.
En un bebé recién nacido, el vómito es muy difícil de distinguir de la regurgitación. Además, estos dos procesos fisiológicos pueden acompañarse entre sí. Muy a menudo, los vómitos en un bebé pueden ser una manifestación de comer en exceso o ingerir alimentos intolerables. Una sola aparición de vómitos en un bebé, por regla general, no requiere ninguna intervención.
La causa de las náuseas en un niño puede ser una infección intestinal o intolerancia a algunos componentes de su alimentación (alimentos complementarios). Si, además de las náuseas, el bebé también tiene una erupción en el cuerpo, espere hasta que sus intestinos estén completamente vacíos y administre al pequeño algún antihistamínico en una dosis específica para su edad.
Se cree que una infección menor no necesita tratarse sin fiebre. Permita que el estómago y los intestinos de su bebé eliminen los alimentos tóxicos por sí solos. Recuerde darle a su hijo una bebida para reponer la pérdida de líquidos.
Si las náuseas persisten y los vómitos son continuos, la temperatura alta no disminuye y la condición del niño empeora cada hora, llame a un médico con urgencia. A veces, esta afección en los bebés requiere una hospitalización urgente.
A veces, la causa de las náuseas y los vómitos en niños muy pequeños puede ser una violación anatómica de la permeabilidad del esófago. Solo se puede curar con cirugía. Es posible identificar una violación de la permeabilidad del esófago mediante ultrasonido.
La "fuente" frecuente de vómitos profusos en los niños puede indicar la inmadurez del sistema nervioso central en los bebés prematuros o su derrota durante el parto o durante el embarazo. Solo un neurólogo puede tratar este tipo de vómitos.
Un niño también puede vomitar como resultado de trastornos nerviosos: padres que se van de negocios, comunicarse con un extraño, melancolía, falta de voluntad para hacer nada. Las náuseas asociadas con los trastornos mentales de los niños pequeños son tratadas por neurólogos y psicoterapeutas pediátricos.