Qué Hacer Si Un Niño No Come Bien

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Qué Hacer Si Un Niño No Come Bien
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Video: El niño que no come 2024, Abril
Anonim

Para ayudar a un niño a normalizar el apetito, debe averiguar si las razones de la falta de voluntad para comer se encuentran en el campo médico o en el pedagógico. La mayoría de las veces ocurre lo segundo y la madre solo debe cambiar su actitud hacia el régimen y los métodos de alimentación, ya que el problema se resolverá por sí solo.

Qué hacer si un niño no come bien
Qué hacer si un niño no come bien

Casi uno de cada dos niños en edad preescolar sufre de falta de apetito. Más precisamente, no es él quien sufre de esto, sino los padres. Y la mayoría de las veces la abuela, que está dispuesta de todas las formas posibles a meter una cuchara extra en la boca del bebé. Los expertos están seguros de que esta cuchara es realmente superflua, porque los niños sienten intuitivamente cuánto y qué quieren.

¿Hay algún motivo de preocupación?

Sea como sea, pero también es imposible dejar que la categórica renuencia del niño a comer siga su curso. Como mínimo, es necesario establecer el motivo de la “huelga de hambre declarada”. Los médicos dicen que la mayoría de las veces los niños con un cuerpo frágil y de huesos delgados no comen bien. Se caracterizan por un color de piel pálido y transparente. Estos niños son bastante móviles, pero muestran absoluta indiferencia hacia la comida. En este caso, no debe torturarse a sí mismo ni al niño, y permitirle "picotear" con más frecuencia exactamente tanto como el cuerpo lo acepte. Para su propia tranquilidad y la salud del niño, es mejor darle además complejos vitamínicos para niños.

La preocupación de la madre está justificada si el ayuno del niño es causado por un trastorno alimentario. La presencia de tales se evidencia por vómitos sistemáticos, que tienen una naturaleza psicógena. Como reacción a la alimentación forzada, puede volverse involuntaria con el tiempo. Este es un problema complejo que puede ser resuelto por un psicólogo o psiquiatra infantil.

Con mucha menos frecuencia, la causa radica en trastornos neurobiológicos del cerebro. Como consecuencia de un desequilibrio de determinadas sustancias en las que se pierde el control sobre la actividad digestiva del organismo. El niño no siente hambre ni apetito intensos. En todos los demás casos, la falta de apetito del bebé requiere un enfoque pedagógico para resolver el problema, y la madre puede afrontarlo fácilmente por sí misma.

Consejos sencillos para resolver un problema complejo

Lo principal es aceptar al pequeño como una persona con sus propias preferencias gustativas y no imponerle la dieta y los gustos a su discreción. A veces, los padres cambian los horarios de las comidas debido a que se van al trabajo o a quehaceres domésticos inapropiados. Les parece insignificante que se le pida al niño que coma una hora antes o después. Pero no sabe cómo hacerlo sin tener hambre, complaciendo los caprichos de los adultos. Y, por el contrario, si de repente quisiste comer pan sin sopa fuera del régimen establecido, entonces debes mostrar flexibilidad y ceder ante el bebé.

A veces, la razón de la pérdida de apetito en un niño es aún más común. Siempre hay algún tipo de comida en la mesa y muchas veces son dulces: dulces, galletas. Quizás un sándwich de salchicha o queso sea más saludable, pero si se administra 1-2 veces al día entre las tres comidas principales. El hábito de comer bocadillos incontrolados y constantes conduce al hecho de que el niño no puede ser alimentado con una comida caliente normal.

Es bueno que una fiesta familiar con una comunicación agradable se convierta en una tradición, donde todos tengan su propio lugar y almuercen aproximadamente a la misma hora. Los niños no saben cómo reconstruirse rápidamente, por lo que los psicólogos recomiendan que los padres notifiquen al niño con anticipación sobre la próxima comida, con 20 a 30 minutos de anticipación. Esto le permitirá sintonizar su comida. Para algunos niños, beber agua unos minutos antes de las comidas ayuda a estimular el apetito.

Si la edad del niño lo permite, puede participar en la preparación de la cena. Esto sin duda le dará ganas de probar su propio plato preparado. Cuando un niño no come en la mesa, e incluso es caprichoso, indica más bien una falta de atención de los padres. Los psicólogos aconsejan dedicar más durante el día y no durante el almuerzo. Si el bebé sabe que después de comer su madre le leerá un libro o jugará un juego interesante con él, es poco probable que quiera perder el tiempo en la mesa.

Los niños son muy susceptibles e incluso una pequeña pelea entre adultos durante el almuerzo puede arruinar su apetito. Una comida familiar debe celebrarse en un ambiente relajado y relajado. Los padres deben recordar que este no es un lugar para arreglar las cosas y discutir asuntos laborales.

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