El niño se mojó un poco los pies mientras caminaba, ayer solo tosió. Pero hoy perdió la voz por completo. Probablemente también te enfrentaste a una situación similar. La pérdida de la voz es una dolencia bastante común que puede ser causada no solo por hipotermia, sino también por otros motivos, entre ellos: estrés, susto, cuerpo extraño entrando en la laringe, etc.
La pérdida de la voz en un niño puede ser consecuencia del estrés emocional (susto, estrés, miedo). En este caso, no puede gritarle, regañarle por cualquier descuido, ni siquiera hablar con él en voz alta. Todas estas acciones solo pueden exacerbar una situación que ya es difícil. Asegúrate de darle a tu bebé un sedante, solo que no te enfoques en esto, para no provocar una nueva ola de ansiedad por el hecho de tomar la medicación.
El espasmo laríngeo también es una de las posibles causas de pérdida de voz. Ocurre como resultado de cuerpos extraños, compuestos químicos o sus vapores que ingresan a la laringe. Como resultado, la glotis se cierra, lo que a su vez genera falta de respiración. Estos tipos de espasmos no suelen ser de larga duración. La laringe se abre después de la acumulación de dióxido de carbono en la sangre, respectivamente, se restablece la respiración. Si entra un objeto extraño, no puede prescindir de una intervención quirúrgica. Un niño que tiene un espasmo de laringe requiere hospitalización urgente.
La voz también puede desaparecer durante un resfriado. Para recuperarlo, necesita un vaso de leche caliente (hasta 40 grados). Derrita 1 cucharadita de mantequilla y 2 cucharaditas de miel. Haga que el niño beba esto 2-3 veces al día. Después de cada vez, envuelva el cuello del bebé con una bufanda tibia y no se la quite durante al menos media hora. Otro método eficaz para tratar los resfriados es la inhalación. Mezclar manzanilla, tilo y eucalipto (1: 1: 1). Vierta 2 cucharadas de la colección con agua (0,5 l). Luego, hierva el agua. Luego coloque la olla de caldo sobre la mesa y deje que el niño respire (vapor) sobre ella. Desde arriba, cúbralo con una toalla grande o una manta con su cabeza para que el vapor no se disipe demasiado rápido. Será mejor si colocas al bebé en tu regazo y te refugias con él, de lo contrario puede quemarse con vapor o con una olla caliente. Después del procedimiento, envuelva al niño, asegúrese de ponerle un gorro y calcetines calientes.
Si el bebé ha perdido la voz, es importante que hable lo menos posible, incluso en un susurro, ya que cuando susurra, las cuerdas vocales experimentan la misma tensión que al gritar. Déle mucha bebida tibia (¡no caliente!), Ya que se necesita líquido para mantener la garganta húmeda.