¿Es Posible Que Un Bebé De 8 Meses Tenga Una Sandía?

Tabla de contenido:

¿Es Posible Que Un Bebé De 8 Meses Tenga Una Sandía?
¿Es Posible Que Un Bebé De 8 Meses Tenga Una Sandía?
Anonim

La alimentación complementaria de un niño menor de un año es un proceso extremadamente responsable, ya que la alimentación irreflexiva con productos aparentemente útiles puede convertirse en una alergia fuerte y peligrosa o provocar una interrupción del funcionamiento del cuerpo. Por lo tanto, si los padres quieren enseñar a su bebé de 8 meses a la sandía, es importante hacerlo de forma gradual y bajo la supervisión de un médico.

¿Es posible que un bebé de 8 meses tenga una sandía?
¿Es posible que un bebé de 8 meses tenga una sandía?

¿La sandía es buena para un niño?

Una baya grande y jugosa, la sandía contiene vitaminas del grupo B y C, pectinas, fibra, hierro y magnesio en abundancia. Estas sustancias participan activamente en la formación del sistema musculoesquelético del niño, fortalecen su cuerpo y aumentan la absorción de otros productos. Además, la sandía se compone casi en su totalidad de agua, por lo que su uso normaliza la digestión, elimina las toxinas acumuladas del cuerpo.

Con todo esto, es importante recordar que la sandía suele provocar reacciones alérgicas incluso en adultos. También está contraindicado en presencia de diabetes mellitus, enfermedades renales y pancreáticas. Las madres lactantes deben abstenerse de comer esta baya durante el embarazo, así como durante la lactancia temprana, hasta que el niño cumpla los 6 meses.

Cuando enseñarle a un niño a la sandía

Ya a partir de los siete meses, al bebé se le permite darle alimentos complementarios en forma de una variedad de frutas y verduras, pero no en forma entera, sino como puré cuidadosamente rallado o jugo recién exprimido. Primero debe consultar con su pediatra. Examinará al bebé, hará algunas preguntas sobre su nutrición y luego aprobará los nuevos alimentos complementarios y prescribirá el tamaño de porción adecuado.

En los primeros días, se recomienda darle al niño una cucharadita de jugo de sandía fresca, diluido con agua en la misma proporción. En ausencia de reacciones alérgicas y otras reacciones negativas, puede ofrecerle al bebé un pequeño puñado de pulpa de bayas (no más de 100-150 g por día), manteniéndola a temperatura ambiente. De la pulpa, primero debe quitar todos los huesos y también enjuagarlos con agua.

Para que la sandía se absorba bien, es mejor dársela al bebé después de la comida principal como postre. Los indicadores importantes de la asimilación de la baya son la micción y las heces del niño. En los días de beber sandía, la frecuencia de la micción y la cantidad de orina deben aumentar en proporción a la cantidad ingerida. En cuanto a las heces, también deben ser oportunas y sin cambio de consistencia. De lo contrario, se recomienda excluir temporalmente la sandía de la dieta o reducir el tamaño de la porción diaria.

Recomendado: