El bebé puede llorar después de comer debido al dolor agudo causado por el cólico intestinal. También una causa bastante común es la candidiasis bucal, un hongo que causa picazón y ardor. Además, no se debe descartar el llanto asociado con la sobrealimentación o la desnutrición del niño.
Cólico intestinal
El llanto es el arma principal del recién nacido, con la que puede informar a los padres sobre el dolor, el hambre y el malestar. A partir de los 3 meses de edad, los bebés, especialmente los niños, se vuelven más caprichosos, lo que se asocia con el cólico intestinal. Con mayor frecuencia, aparecen durante o después de las comidas. Un niño que sufre de sensaciones dolorosas en el estómago, por regla general, arruga la frente, se golpea las piernas, cierra los ojos y grita en voz alta. Para salvar a su hijo de tal sufrimiento, los padres deben, después de cada alimentación, mantener al bebé en posición vertical hasta que regurgite el exceso de aire. La mayoría de las veces, ingresa al estómago debido a un acoplamiento inadecuado al seno, cuando el bebé solo captura el pezón, sin la areola. Si se alimenta a un recién nacido con biberón, se debe tener cuidado de antemano para asegurarse de que la forma de la tetina se ajuste perfectamente.
El niño come en exceso o está desnutrido
El bebé puede llorar después de comer debido a que no ha satisfecho completamente la sensación de hambre. Como regla general, esto se aplica a los recién nacidos que se alimentan con leche materna. En este caso, es necesario ofrecerle otro pecho o alimentarlo con una fórmula infantil adaptada. Si el proceso de lactancia está bien y la leche está en el volumen correcto, debes asegurarte de que tenga suficiente contenido de grasa. Para hacer esto, debe decantar algunas gotas y observar su color; no deben tener un tinte azulado.
Los padres que están convencidos de que el niño come exactamente todo lo que necesita están fundamentalmente equivocados. Esto es especialmente cierto para los bebés alimentados con biberón. El exceso de comida simplemente no será digerido y "fermentado" en el estómago, lo que provocará sensaciones dolorosas, acompañadas de llanto. El bebé debe tener un régimen de alimentación estricto: debe comer una cierta cantidad de leche o fórmula al mismo tiempo.
Inflamación de la boca o del oído medio
Si durante la alimentación el niño se comporta inquieto: gira, se lleva las manos a la boca y llora, esto puede ser una señal de estomatitis o aftas. Estas dolencias van acompañadas de una capa blanca, enrojecimiento e hinchazón en la lengua, encías y labios. Las áreas afectadas pican y se hornean, por lo que el recién nacido es caprichoso y, a veces, incluso se niega a comer. En la etapa inicial, la enfermedad se trata limpiando la cavidad oral con un hisopo de gasa humedecido en una solución de furacilina o decocción de manzanilla.
Un bebé que llora sistemáticamente y se frota la oreja durante la alimentación debe obtener una cita con un médico lo antes posible. Esto puede deberse a la inflamación del oído medio, que provoca un malestar agudo que aumenta durante la succión.