Cuando se amamanta a un bebé, las madres a menudo se preguntan cómo saber si hay suficiente leche materna para una nutrición adecuada. ¿Quizás deberían introducirse alimentos complementarios? El niño aún no sabe hablar y no puede decirle a la madre si está satisfecho o no. Hay varias formas de resolver este problema.
Instrucciones
Paso 1
Mientras el bebé succiona la leche, se nota el movimiento característico de la barbilla del bebé. Durante la garganta, el mentón desciende, cuelga y luego vuelve a su lugar. Cuanto más larga sea la pausa para colgar el mentón, más leche recibió su bebé al alimentarse.
Paso 2
Se cree que con la alimentación artificial, el bebé gana 30 g de peso todos los días. Para los bebés que están amamantando, esta cifra es ligeramente menor. Hasta los seis meses, el niño debe ganar alrededor de 500 g por mes. Tenga en cuenta que a los 4 meses de edad, la actividad de aumento de peso disminuye.
Paso 3
Los primeros tres días de vida, el niño se deshace del meconio, que se acumula en su cuerpo durante todo el desarrollo intrauterino. El meconio tiene un color verde oscuro pronunciado. Cuanta más leche materna reciba su bebé, más livianas se volverán sus heces. En un bebé que se desarrolla normalmente y que recibe suficiente leche materna, las heces son acuosas, débiles y de color mostaza. Una semana después del nacimiento, el niño debe tomar al menos 2-3 veces al día. También es un indicador de la cantidad suficiente de leche que recibe el recién nacido durante la lactancia.
Paso 4
Para un niño mayor de 5 días, la micción ya abundante es característica. Si cambia de 5 a 6 pañales bien recetados por día para su hijo, asegúrese de que esté recibiendo suficiente leche.
Paso 5
A veces, las madres están preocupadas por la sensación de plenitud insuficiente en sus senos. ¡No se alarme! Lo más probable es que su cuerpo aún no se haya adaptado lo suficiente al régimen y las necesidades del niño.
Paso 6
Y la forma más visual de saber si hay suficiente leche materna se la mostrará el propio bebé. Un bebé hambriento no soltará su pecho, pero continuará succionándolo activamente. Y si se acaba la leche y el niño sigue hambriento, lo comprenderá por su fuerte e insatisfecho llanto. O el bebé acortará las pausas entre comidas.