Una manzana es una fruta muy sana. Contiene muchos nutrientes que tienen un efecto beneficioso en el organismo del bebé y fortalecen su sistema inmunológico. Solo necesita darle esta fruta a un niño correctamente y a cierta edad.
Instrucciones
Paso 1
Una manzana es un depósito de microelementos útiles: vitaminas B y C, fructosa, glucosa, aceites esenciales, hierro, fósforo, calcio y varios ácidos. Esta fruta mejora el apetito y sirve como un absorbente natural: limpia el estómago como una esponja, absorbiendo sustancias nocivas. Por lo tanto, las manzanas deben incluirse en el menú del bebé, especialmente porque a los niños generalmente les gusta mucho este manjar.
Paso 2
La edad en la que se debe introducir una manzana en la dieta está determinada por las características individuales de la digestión del niño. Pero normalmente puede hacer esto a los 8-9 meses. Si a menudo tiene dolor de estómago o hinchazón, posponga la alimentación de la manzana para una fecha posterior o no la dé fresca, sino horneada sin ningún aditivo en forma de miel, canela y similares. En cualquier caso, lo mejor es consultar a un pediatra.
Paso 3
Comience a alimentar con manzanas verdes, ya que las manzanas rojas pueden causar alergias. Para hacer esto, raspe la pulpa de la manzana con una cucharadita y deje que el bebé pruebe media cucharadita. Naturalmente, es mejor elegir frutas en las que tenga más o menos confianza en la seguridad. Una manzana empapada en nitratos solo puede dañar, y su sabor no es el mismo en absoluto.
Paso 4
Controle la condición de su hijo. Si durante el día no tiene sarpullido y no le duele el estómago, puede repetir la alimentación al día siguiente, introduciendo gradualmente las manzanas en la dieta de las migas. Después de un mes, puede aumentar la cantidad a 2 cucharaditas, pero no debe administrarla todos los días.
Paso 5
Alimentos alternos entre frutas crudas y horneadas. Para una manzana al horno, lave y coloque en el horno hasta que esté completamente tierna. También debe administrarse sin la piel.
Paso 6
Después de un año, cuando el bebé tenga suficientes dientes, dele una manzana en trozos pequeños que sean convenientes para llevar a la boca. Justo antes de eso, asegúrese de pelar la fruta y observe cuidadosamente para que el niño no se ahogue. No le dé el segundo bocado hasta que haya masticado completamente el primero.