Bebé durmiendo plácidamente es una imagen que evoca susurros felices y la ternura de los adultos. Sin embargo, el sueño de los niños a menudo no es tan placentero como nos gustaría. Una causa común de ansiedad y gritos durante el sueño son las pesadillas. Para resolver el problema, es importante saber por qué sucede esto y cómo abordarlo.
Causas de las pesadillas
Hay varias razones para la aparición de sueños perturbadores en los niños:
1. Sobreexcitación. El sistema nervioso del niño todavía está demasiado débil para responder adecuadamente a un día sobresaturado. Emociones vívidas e impresiones fuertes se entretejen en una sola bola. El cerebro, al no tener tiempo para procesarlos durante el período de vigilia del niño, pospone el trabajo para más tarde. Así, el sueño del niño se convierte en un campo de batalla.
2. Comer por la noche. Algunos padres cometen el error de permitir que sus hijos satisfagan su hambre después de las 8 de la noche. Los alimentos pesados impiden que el cuerpo descanse y provocan estrés que conduce a las pesadillas.
3. Trauma psicológico. Un fuerte choque emocional en la vida real conduce a la conservación del miedo en el inconsciente. Es posible que el niño ni siquiera comprenda que estaba asustado. Risa fuerte de un personaje negativo de la película, ladridos de advertencia de un perro, un terrible accidente, etc. puede privar permanentemente a un niño de un buen sueño.
Ha habido casos en los que la causa de la alteración del sueño fue una operación. Mientras estaban medio dormidos (cuando la anestesia aún no había funcionado por completo), los niños experimentaron un fuerte miedo a caerse de la mesa de operaciones. Quedarse dormido y acostarse en la cama provocaba asociaciones y respuestas similares: miedo y gritos.
4. Factores externos molestos: ruidos fuertes de la calle, habitación fría o mal ventilada, juguete polvoriento (a muchos niños les encanta quedarse dormidos en un abrazo con amigos de peluche y protestan enérgicamente cuando los padres intentan lavar este milagro), etc.
5. Desarrollo de diversas enfermedades. Los malos sueños pueden reflejar cambios negativos que ocurren en el cuerpo: procesos inflamatorios, neurosis, aumento de la ansiedad, fiebre alta, dolor, etc. Los trastornos del sueño a menudo se deben a contener la respiración durante 15 a 20 segundos (apnea). El cerebro emite señales alarmantes y el niño sueña que se está asfixiando o que alguien lo está estrangulando.
Cómo superar los malos sueños
Se recomienda mantener un régimen de sueño y vigilia. Los niños de 2 años deben dormir al menos 2 horas durante el día y al menos 9. Prepararse para dormir implica observar el ritual: quitarse los juguetes, bañarse, irse a la cama. Una hora antes del sueño esperado, es necesario cambiar las actividades de juego activo por otras más relajadas: ver buenos dibujos animados, leer cuentos de hadas, etc. La última comida no debe ser posterior a las 19-30. Limítese a una cena ligera, y antes de acostarse (si tiene un deseo irresistible de un refrigerio), ofrézcale a su hijo un vaso de leche o kéfir.
Pregúntele a su hijo con tacto sobre sus miedos. Es mejor hacer esto en forma de juego. Juega en varias situaciones de miedo, deja que el juguete favorito del niño participe en la historia. Recuerde recordarle a su hijo que lo ama y protegerlo siempre de situaciones desagradables.
La mayoría de los niños le temen a la oscuridad. Consiga una luz tenue. La luz debe ser suave y difusa. Cuando coloque la lámpara junto a la cama, apunte la lámpara lejos del niño, no hacia él. Las bolas luminosas con el efecto de un cielo estrellado se consideran lámparas infantiles populares.
Asegúrese de ventilar la habitación del niño: en el verano, puede dejar las ventanas abiertas constantemente (si hay silencio en el patio y teniendo en cuenta la seguridad, para que el bebé no quiera salir por la ventana en algún lugar), en invierno, ábralo durante 15-30 minutos, después de enviar al niño a otra habitación o caminar.
Mantenerse limpio y ordenado también tiene un efecto positivo en la organización del sueño. La ropa de cama debe cambiarse a medida que se ensucie (pero al menos una vez a la semana), los juguetes deben lavarse y lavarse. También debe tenerse en cuenta la calidad de la ropa de cama. Puede que sea el momento de reemplazar el colchón o el relleno de la almohada / edredón.
Si las pesadillas continúan molestándolo y el niño se ha puesto nervioso e intimidado, se recomienda consultar a un neurólogo. Un profesional experimentado ayudará a identificar el problema y prescribirá el tratamiento adecuado.