El mundo que lo rodea es tan interesante para un niño de tres años que dormir para él es un obstáculo desagradable en el conocimiento del mundo y lo percibe como una ocupación aburrida.
En este sentido, los padres deben explicar al niño que la necesidad de irse a la cama tiene sus lados propios y agradables. Actividades como cuentos para dormir, hablar sobre el día, caricias y un pequeño masaje relajante pueden brindarle placer al niño (la elección de la acción depende de las preferencias del niño).
Además, irse a la cama puede ser un problema para aquellos niños que tienen miedos. Los padres deben descubrir y eliminar los miedos que molestan al niño.
Con el miedo a la oscuridad, una lamparita ayudará, si el niño tiene miedo de quedarse dormido solo, es necesario quedarse con él hasta que el bebé se duerma, y si el bebé tiene miedo a las pesadillas, puedes darle su juguete favorito, explicando que este es ahora su protector quien desterrará todas las pesadillas.
Hay que recordar que el proceso de irse a la cama debe ser cíclico. Los niños disfrutan de ciertos rituales que, cuando se repiten, le dan confianza y estabilidad.
Los padres deben seguir un procedimiento estricto antes de acostarse: debe recoger todos los juguetes, bañarse, lavarse o ducharse, cepillarse los dientes, después de lo cual puede ponerse el pijama y meterse debajo de las sábanas. Al repetir estos pasos todos los días, su hijo se acostumbrará a ellos e incluso los amará. Este ritual esperará y probablemente se irá a la cama sin persuasión.