La decepción en las personas, especialmente en los seres queridos, puede provocar depresión a largo plazo, así como un deterioro en la opinión de todos los que nos rodean en general. Es aún peor cuando, al mismo tiempo, una persona comienza a culparse a sí misma por estar tan equivocada con alguien.
Las causas más comunes de frustración
A menudo, la decepción surge de la evaluación inicial incorrecta del carácter de una persona, sus habilidades, conocimientos y talentos. Frases clave en este caso: "Esperaba que lo hiciera", "Me pareció que era lo suficientemente decente", "Esperaba que actuara de manera diferente". Esos. las mismas personas moldean mentalmente las imágenes de los demás y pueden sentirse muy decepcionadas cuando resulta ser solo una ilusión.
Cuanto mayor es la esperanza puesta en alguien, mayor es el disgusto cuando esas esperanzas no se cumplen. En este caso, es importante entender que el asunto no está tanto en la persona misma como en las ideas erróneas sobre ella.
Otro problema común es el comportamiento "incorrecto" desde el punto de vista del crítico. Esto es especialmente cierto para la priorización. El jefe puede desencantarse seriamente con un empleado joven y talentoso si se niega a trabajar horas extra por el bien de la empresa y, en cambio, elige pasar tiempo con su familia. Hay que tener en cuenta que cada persona es individual y libre de disponer de su tiempo y recursos según le convenga, si no perjudica a los demás.
La traición es un motivo serio de decepción. Ella, por regla general, se convierte en la más terrible, causando fuertes emociones negativas. Traición, mentiras, calumnias, engaños frecuentes, intrigas que persisten a espaldas de los seres queridos: todo esto puede llegar a ser conocido algún día por la víctima de la traición. En este caso, es difícil evitar la decepción, especialmente si los sentimientos eran fuertes.
¿Por qué la gente se frustra
Las promesas incumplidas también pueden provocar desilusiones. Cuanto más fuerte es la expectativa, más importante es la palabra dada, más doloroso es comprender que las palabras de una persona están reñidas con los hechos. Es incluso peor si genera graves problemas económicos o de salud.
Una promesa incumplida aún puede perdonarse, especialmente cuando se trata de situaciones de fuerza mayor. Sin embargo, si el hábito de pronunciar una palabra y no cumplirla comenzó a manifestarse con frecuencia, difícilmente se podrá evitar la decepción.
En casos raros, el motivo de la decepción de una persona puede residir incluso en alguna información que la persona ha descubierto recientemente. Por regla general, estos son hechos del "pasado oscuro" de los ídolos, ya sea un cantante adorado o un miembro de la familia que goza de gran autoridad. Incluso si una persona ha cambiado hace mucho tiempo, algunos de los errores que cometió antes pueden destruir una nueva imagen atractiva y decepcionar seriamente.