Un animal en la misma casa con un niño pequeño. Para algunos, esta situación es bastante aceptable, mientras que otros la consideran inaceptable. Ambos tienen razón, no importa lo paradójico que pueda parecer. La regla principal de dicho vecindario es el cumplimiento de ciertas condiciones de convivencia, lo que ayudará a evitar problemas.
Los gatos, por regla general, causan serias preocupaciones en las mujeres embarazadas. En la mayoría de los casos, tienen acceso a todos los rincones de la casa. Y son los gatos los que sirven como portadores de Toxoplasma. Esta enfermedad puede amenazar al feto con diversas deformidades. La tasa de infección es muy baja, pero se debe tener cuidado. Lo primero que debe hacer es hacerse una prueba de presencia de Toxoplasma, tanto para el animal como para sus dueños. El segundo es proteger a su mascota para que no se comunique con gatos extraños. Y en tercer lugar, la futura madre no debe cuidar del gato, sino trasladar el cuidado del animal a alguien de la casa.
Mucho antes de este momento feliz, los padres se apoderan de la ansiedad: el bebé puede desarrollar una alergia a la lana, existe el riesgo de infección del animal con parásitos, el perro puede morder al bebé, el gato puede rascarse. Muchas historias de vida negativas y reportajes televisivos son temibles. Pero la práctica muestra que la mayoría de las veces sufre el animal y no el niño. Los dueños se olvidan de él por un tiempo, completamente inmersos en los problemas del bebé. Si un animal vive en su casa, recuerde que somos responsables de aquellos que hemos domesticado.
• Humedezca toda la casa a diario. Para acortar el tiempo de esta lección, puede deshacerse de las alfombras y los pequeños elementos de decoración durante algún tiempo.
• Mantenga cerrada la puerta de la habitación del bebé para evitar que entre el animal.
• No deje a su hijo solo con una mascota, no importa lo seguro y lindo que pueda parecer.
• Coloque los cuencos y el inodoro de su animal en un lugar inaccesible para el bebé.
• Visite a su veterinario con regularidad, vacune a su animal.
De 2 a 5 años, el bebé aprende a comunicarse e interactuar con el mundo exterior. Es la comunicación con los animales lo que le enseñará la bondad, el cuidado del más débil y la misericordia. Consigue una mascota sin pretensiones, como un conejo o un conejillo de indias. Los niños mayores de 5 años ya pueden asumir la responsabilidad del cuidado del animal. Pasear a una mascota, alimentar: estas cosas simples le enseñarán responsabilidad, indulgencia y servirán como una especie de entrenamiento en las habilidades de la edad adulta.
Las familias con niños pequeños deben ser muy responsables al elegir una mascota. Aquellos que buscan tener un perro deben elegir entre razas como Collie, Poodle, Labrador o Retriever. Los perros de razas pequeñas, por ejemplo, perro salchicha, cocker spaniel o pequinés, no difieren en paciencia e indulgencia, son más viciosos y pueden dañar al bebé. De las razas de gatos, persas y esfinges, Scottish Folds y británicos se llevan bien con los niños. ¡No se permite el vecindario de un niño con un gato siamés! Para los niños con problemas del habla, un loro que puede hablar es un gran amigo. Las clases conjuntas de "lengua" beneficiarán a ambos.
En América y Europa, la unión de un niño y un animal se ha considerado normal durante muchas décadas. El enfoque correcto para elegir una mascota, el cumplimiento de reglas simples de cuidado, una actitud atenta traerá no solo placer, sino también beneficios.