La mayoría de los padres están seguros de que el castigo para un niño es doloroso, insultante y humillante. Pero puedes castigar a un niño de diferentes formas, por ejemplo, con una conversación o incluso con un cuento instructivo.
Los conflictos y los castigos posteriores son quizás lo más desagradable en la crianza de un niño. Algunos argumentan que está estrictamente prohibido castigar a un niño, otros golpean fácilmente al delincuente y lo envían a un rincón. ¿Se debe castigar a un niño y cómo hacerlo bien? Intentemos resolverlo. Si un niño va más allá de lo permisible, no escucha a los adultos o lanza puños a su madre, el castigo puede y debe serlo.
Castigar físicamente. Cuando los padres golpean al niño y lo arrinconan por la menor ofensa, el niño no comprende la esencia del conflicto. Después de todo, mamá y papá, quienes afirman que él es el más querido y amado, se comportan de una manera completamente inusual. En la mayoría de los casos, estos niños se convierten en adolescentes notorios, a menudo con baja autoestima.
Carcajadas. Al tratar de transmitirle al niño los errores en su comportamiento, la mayoría de los adultos comienzan a gritar. Este comportamiento de un adulto asusta, entristece y molesta al niño. A veces basta con sentar al niño a su lado y hablar.
Susto. No se puede asustar a un niño en caso de desobediencia a Baba Yaga, un tío malo, un orfanato, etc. En tales casos, los niños simplemente dejan de confiar en sus padres, porque una madre, la más cariñosa y querida, está lista para dar a su hijo. a alguien.
Privación de algo prometido. Si al bebé se le prometió un juguete, un viaje al parque o una película, y se le privó de él como castigo, el bebé puede tomarlo más duro que el castigo físico. En tales casos, es necesario evaluar adecuadamente el castigo correspondiente por la falta cometida.
Cuento de hadas como castigo Los cuentos de hadas también se pueden utilizar como elemento educativo. Basta con encontrar una pieza con una situación similar. Por lo tanto, el propio bebé encontrará una solución en esta situación y corregirá la situación.
Una conversación de corazón a corazón también es uno de los métodos de castigo. Para hacer esto, uno de los padres debe quedarse solo con el niño y preguntar en detalle qué motivó al niño al cometer esta o aquella ofensa, por qué lo hizo, etc. Luego, debe decirle con calma cuáles fueron los errores, cómo arregla las consecuencias. Tal comportamiento de un adulto es capaz de prevenir tal mala conducta y el deseo de hacer bromas fuera de peligro.