Muchas mujeres, año tras año, soportando la violencia de sus cónyuges, ni siquiera lo sospechan. De hecho, después de todo, no los golpean y, tal vez, ni siquiera los insultan o les hablan con rudeza. Sin embargo, además de la violencia física, también existe la violencia psicológica, cuyas consecuencias no son menos terribles. 8 señales te ayudarán a comprender que las cosas no van bien en tu relación familiar.
Instrucciones
Paso 1
Pones los intereses, deseos y necesidades de tu pareja mucho más altos que los tuyos y estás dispuesto a hacer sacrificios para hacerlo feliz. Si su pareja reacciona negativamente a sus acciones, tiende a explicarlo diciendo que "nuevamente hizo algo mal o mal".
Paso 2
Tu comunicación fuera de la familia se minimiza: los amigos casi dejan de visitarte y tú mismo sales cada vez con menos frecuencia. Tu pareja desaconseja este tipo de actividades de ocio. Al mismo tiempo, cuando está solo, rara vez hace algo útil y agradable, más a menudo soluciona las cosas y expresa reclamos mutuos.
Paso 3
Usted está tratando por cualquier medio de salir de la situación de conflicto, de no permitir que estalle una disputa, o de que la situación se agrave de alguna manera de una manera diferente. Además, esto se aplica no solo a la relación con el cónyuge, sino también a otras áreas de la vida: haces todo lo posible para mantener el "mundo malo" y resolver problemas laborales y comunicarte con familiares y amigos, en una palabra, en cualquier situación. Le resulta más fácil adaptarse que defender sus propios puntos de vista e intereses.
Paso 4
Es menos probable que piense en lo que quiere usted mismo, ocupándose constantemente de las necesidades de su cónyuge y otros seres queridos. Gradualmente, te vuelves menos consciente de tus deseos y necesidades.
Paso 5
Su instinto de autoconservación y la sensación de peligro están embotados. Por ejemplo, puede haber un deseo de practicar deportes extremos o conducir a alta velocidad.
Paso 6
Sientes fatiga constante y no depende de lo bien que hayas dormido o de cuánto hayas trabajado. Te resulta cada vez más difícil tomar las decisiones más sencillas para hacer frente a las tareas cotidianas. No te sientes lo suficientemente inteligente o competente para hacer esto.
Paso 7
Has perdido tu deseo sexual. Simplemente cede a su pareja para no provocar otro conflicto, pero usted mismo no siente esa necesidad.
Paso 8
Incluso si decides que tu relación no te conviene y es el momento de ponerle punto final, perdonas una y otra vez a tu pareja, en cuanto le obedeces y le prometes que todo cambiará. No te engañes: todo volverá a ser igual hasta que rompas la relación que te está destruyendo.