Actualmente, existe mucha controversia en torno al tema de la subrogación. Los defensores de este tema dicen que esta es la única forma de tener un hijo de una mujer que no está relacionada genéticamente con el bebé de ninguna manera. Otros resienten y argumentan que la subrogación es similar a la trata de niños. ¿Quién tiene razón al final?
En primer lugar, para convertirse en madre sustituta, una mujer debe cumplir una serie de requisitos: la presencia de una excelente salud y un factor Rh positivo, la ausencia de malos hábitos, el nacimiento de su hijo a partir de los 6 meses, el límite de edad a partir de los 25. -34 años sin cesárea. Por regla general, estos son los requisitos propuestos por los padres que realizan el pedido.
Si decide convertirse en madre sustituta, recuerde que, en primer lugar, está ayudando a los padres infértiles a encontrar la felicidad de la maternidad y la paternidad. En segundo lugar, el amor por el bebé en una familia así estará predeterminado de antemano debido a los vanos intentos de dar a luz al niño ellos mismos.
También hay desventajas en este método de transporte. Psicológicamente, una madre sustituta puede volverse muy apegada al niño que está embarazada, lo que más tarde, después del parto, puede provocar depresión posparto. Una mujer que decide convertirse en madre sustituta entiende que este servicio se brinda por una recompensa monetaria, que puede variar de 1,000,000 y de 20 a 30 montos mensuales. Por supuesto, todo trabajo (y el embarazo y el parto es un proceso difícil tanto moral como físicamente) debe ser pagado, pero si miras la situación desde el otro lado, obtienes la opinión de que la gestación subrogada se trata como un negocio.
Otro momento escurridizo para llevar a un niño de esta manera: si el contrato con el cliente es incorrecto, la madre sustituta corre el riesgo no solo de no recibir una compensación monetaria, sino también de quedarse con un niño genéticamente extraño en sus brazos. Como resultado, existe una situación de incomprensión por parte del cónyuge e incluso divorcio.
Al decidir ayudar a una pareja sin hijos a llevar un bebé, debe sopesar los pros y los contras. Y recuerda que un niño no es una cosa ni siquiera un animal, sino una persona de la que tú también serás responsable, como los padres biológicos.