"Lo que tenemos, no lo guardamos; cuando perdemos, lloramos", dice un conocido proverbio. Esto es especialmente cierto en el caso de los sentimientos que las personas experimentan después de la muerte de familiares y amigos.
La asistencia a un funeral a menudo causa no solo dolor, sino también sorpresa. En este triste evento, puede conocer personas en relación con las cuales nadie sospechaba que conocían y amaban al difunto. Uno tiene la impresión de que después de la muerte una persona comienza a valorar más que durante la vida. Sin embargo, los amigos y conocidos que se comunicaron constantemente con el difunto y, a veces, incluso los familiares que vivían con él, experimentaron sentimientos similares; de repente se dan cuenta de lo queridos que eran para el que perdieron.
Ventajas y desventajas
Cada persona tiene cierto mérito. Pero no hay personas completamente desprovistas de defectos, por lo tanto, en la comunicación con nadie, incluso con la persona más cercana, inevitablemente surgen momentos desagradables. Molesta a la gente, crea malestar.
Las ventajas no provocan rechazo; por el contrario, crean una situación cómoda para los demás, por lo que se dan por sentadas. Las personas no están dispuestas a prestar atención a las cualidades de sus familiares y amigos que les convienen.
Cuando una persona muere, no hay momentos molestos, pero esas agradables cualidades que poseía no permanecen, y al fin y al cabo, los seres queridos están acostumbrados a sus manifestaciones. Surge un vacío que irritará y dolerá - “de repente” resulta que estaba bien con un padre, hermano o amigo, pero ahora no será así.
Por ejemplo, alguien puede acostumbrarse al hecho de que un colega siempre le prepara un lugar de trabajo y lo dará por sentado, sin darse cuenta, pero al mismo tiempo definitivamente prestará atención a cualquiera de sus desagradables hábitos. Pero después del funeral de su compañero de cuarto, llegará al trabajo y encontrará que el lugar de trabajo no está listo … No siempre la "sensación de vacío" es tan pragmática, pero siempre acompaña la pérdida de un familiar, amigo e incluso conocido..
Mecanismo de protección de memoria
El recuerdo conserva la imagen del difunto, que no se llama accidentalmente "luz". La psique humana tiene varios mecanismos de defensa, uno de los cuales es el bloqueo de los recuerdos que causan emociones negativas.
Cuando las personas recuerdan a sus seres queridos fallecidos, la memoria "arroja" momentos en su mayoría positivos. Es por eso que el hijo no recuerda cómo se peleó con su madre, recuerda cómo ella lo acariciaba en la infancia, cómo lo cuidaba.
Al bloquear los recuerdos negativos del difunto y recordar episodios en su mayoría agradables del pasado, una persona comienza a valorar al difunto más que durante la vida.