No todas las personas están de acuerdo con la tesis bíblica sobre la necesidad de perdonar a los ofensores. Muchos están seguros de que solo la venganza puede compensar las experiencias vividas. ¿Qué elegir si se siente ofendido: venganza o perdón?
¿Es realmente necesaria la venganza?
En esencia, la venganza es un intento de realizar una "segunda ronda", mientras que es obvio para todos que la primera batalla ya se ha perdido. En la mayoría de los casos, la venganza es una respuesta inapropiada a la derrota, asociada con el orgullo ofendido o la presunción. Por supuesto, hay casos que simplemente no se pueden perdonar, pero su número no es tan grande.
El principal problema de la venganza es que, al decidir vengarse, experimentas muchas emociones negativas: enfado, resentimiento, irritación. Al mismo tiempo, su abusador ya está preocupado por sus acciones o ya tiene tiempo para olvidarlo. En cualquier caso, es probable que su gasto de fuerza, nervios y energía sea muchas veces mayor que las emociones negativas que provocará su venganza en el delincuente.
Finalmente, desde un punto de vista objetivo, la revancha parece bastante tonta: imagina a un jugador de fútbol que, tras el final de un partido perdido, busca marcar un gol. De hecho, la sed de venganza te obliga a vivir en el pasado, no en el futuro, porque no puedes olvidar la ofensa que una vez te infligieron y te ves obligado a experimentarla una y otra vez. Quizás sería mucho mejor aceptar el hecho de que el pasado no se puede cambiar, lo que significa que es necesario centrarse en el futuro.
Muchos consideran que un ejemplo de venganza perfecta es la historia del Conde de Montecristo, que, sin embargo, describe a un hombre que pasó la mayor parte de su vida en venganza.
Enfoque racional de las represalias
Si su deseo de venganza supera el enfoque racional, al menos debe actuar con consideración. No es casualidad que exista una expresión popular de que "la venganza es un plato que se sirve frío". El punto es que un intento de represalia realizado únicamente "por las emociones" probablemente fracasará, y usted se encontrará en una posición ofensiva y ridícula. Por lo tanto, en primer lugar, debe calmarse y esperar, tratando de reducir el grado de emociones al mínimo.
Defina claramente su tarea: ¿desea que su deudor experimente la misma experiencia o una experiencia desproporcionadamente grande? ¿Tiene la intención de disfrutar de la sensación de la victoria una sola vez, o va a envenenar a su oponente el mayor tiempo posible de su vida? ¿Qué estás dispuesto a sacrificar y qué te hará abandonar los planes de venganza? Es imperativo que responda a todas estas preguntas para que su venganza sea significativa y efectiva.
La sed de victoria es un signo de desconfianza. Las personas verdaderamente grandes no necesitan una prueba constante de su fuerza.
Necesitará tiempo para prepararse y recopilar información. Descubra las debilidades de su abusador, sus hábitos, valores, principios. A menudo sucede que las cosas que son invaluables para una persona no tienen el menor sentido para otra, por lo que no debes reproducir sin pensar lo que te ofendió. Además, tenga en cuenta el código penal al planificar la venganza. Ir a la cárcel para disfrutar de la venganza es una solución muy poco práctica. Finalmente, no debes hacer nada irreparable, vengarte de tus seres queridos, construir planes napoleónicos para vengarte de una persona que accidentalmente te pisó el pie. Sea lo más pragmático posible, y es posible que se dé cuenta de que la venganza no es la mejor opción posible.