Hacer de un niño un líder es la tarea que todo padre responsable se plantea. Con las mejores intenciones, por supuesto. El deseo de que su hijo tenga éxito, afronte las dificultades y sea rico es un sueño normal para todos los niños. Además, en la sociedad moderna hay propaganda de liderazgo, es decir, todos creen que solo una persona con cualidades de liderazgo puede lograr el éxito en la vida.
Para empezar, conviene mencionar dos cosas muy importantes:
- Solo los líderes pueden tener éxito en la vida. Por ejemplo, es posible que una persona no tenga carisma o agresión de forma natural, pero puede ser un excelente especialista en un campo en particular, convirtiéndose así en un líder exitoso en un negocio en particular.
- La educación familiar no es lo mismo que la educación para el liderazgo. La crianza familiar es, ante todo, la crianza y formación de la personalidad, la divulgación y mejora de lo que tiene el niño. El niño puede carecer de cualidades de liderazgo, por lo que el liderazgo puede no ser el camino a seguir.
Y, sin embargo, ¿cómo puede ayudar a su hijo a convertirse en un líder si está predispuesto a esto?
El líder es el que sabe tomar decisiones. El líder debe liderar y saber exactamente a dónde debe ir. Para desarrollar esta cualidad, es necesario entrenar las habilidades de toma de decisiones del niño. El niño debe decidir por sí mismo qué ponerse, dónde ir a caminar o qué juguetes jugar. Si ve una situación en la que un niño puede tomar una decisión independiente, pídale su opinión o guarde silencio, dándole la oportunidad de tomar una decisión por su cuenta. Por supuesto, puede disputar algunas decisiones que son tiempo de salud o que afectan financieramente, pero la conclusión es que cuantas más decisiones pueda tomar, mejor.
Un líder es una persona responsable. En la edad adulta, debe ser responsable no solo de usted mismo y de sus acciones, sino también de sentir este sentimiento en relación con quienes siguen al líder. Está claro que las decisiones irresponsables pueden dañar a las personas y el líder tendrá que responder personalmente por cada una de ellas. Es necesario dejar que el niño comprenda esto, mientras que el precio de la irresponsabilidad todavía es lo suficientemente pequeño. Si el niño tomó una decisión incorrecta, pero se le puede responsabilizar, déle el derecho a cometer un error. Por ejemplo, si no quiere hacer sus deberes, entonces se le debe recordar una vez que debe hacerlos lo más temprano posible para poder caminar y dormir. Pero solo una vez. Si no los hace a tiempo, se irá a la cama tarde, no dormirá lo suficiente, mañana tendrá sueño, será difícil despertarlo. Todo esto sucederá, pero nadie murió por esto. Pero, por otro lado, el niño comprenderá que es necesario calcular correctamente el tiempo de trabajo y descanso.
Un líder es una persona comprensiva. Un verdadero líder debe ser capaz de liderar personas y gestionar un equipo, por lo que debe prestar especial atención a la adaptación social del niño. Es necesario resolver con el niño los conflictos y dificultades que se presentan entre él y otros adolescentes, junto con él para proponer varios modelos de comportamiento y elogiarlo si hace lo correcto. Es necesario brindarle al niño la oportunidad de probarse a sí mismo en secciones, círculos, concursos, si, por supuesto, son interesantes para el niño.
Un líder es una persona con una mayor autoestima. Recuerde que un líder siempre debe tener confianza en sí mismo y en sus habilidades. Debe resistir la competencia y las críticas, poder lidiar con los errores y ser capaz de convencer a los demás. Para fomentar la autoestima, cada logro debe celebrarse y apoyarse en todo momento. Pero el elogio también debe ser hábil, es decir, solo cuando realmente lo intentó y realizó esfuerzos significativos, y no solo así, inactivo. De lo contrario, ya será una persona segura de sí misma que será brutalmente golpeada para vivir.