Para algunos niños, estudiar en la escuela es un pasatiempo interesante y educativo, están felices de estudiar y participar en la vida creativa de la clase. Pero hay niños para quienes la escuela es un deber desagradable. El niño no estudia bien, va a clases de mala gana y las vacaciones para él son como un regalo del destino. ¿Qué pasa, por qué al niño no le gusta la escuela y no quiere estudiar?
Lo más importante es descubrir la verdadera razón de la actitud negativa hacia el aprendizaje. Sucede que los padres sobreestiman las habilidades de su hijo, enviándolo a una escuela especializada con un programa más complejo. Al principio, el niño lo intentará, pero con el tiempo, se quedará rezagado con respecto a sus compañeros de clase y obtendrá cada vez más malas calificaciones. Los padres comenzarán a enojarse, los maestros también estarán descontentos y escribirán al estudiante como rezagado. Como resultado, el niño simplemente se retraerá y dejará de aprender. En este caso, los padres deben considerar la opción de trasladarse a otra escuela con un programa más fácil, también sucede que al niño no le gusta ir a la escuela porque simplemente no le interesa. No siempre un maestro puede encontrar un lenguaje común con todos los niños y cautivarlos con su estudio de la disciplina. Compre a su hijo enciclopedias coloridas e informativas, vaya a museos, vea documentales sobre la naturaleza, la geografía y los descubrimientos científicos mundiales con él. Después de verlo, asegúrese de discutir la película y explicar los puntos difíciles en un lenguaje accesible. A menudo, la razón del mal aprendizaje puede ser conflictos entre un niño y un maestro o compañeros de clase. Hable con franqueza con su hijo, averigüe la causa del conflicto. Luego ve a la escuela y habla con tu maestro y el maestro de clase, y escucha las opiniones de todas las partes. Es posible que su hijo perciba las demandas bien fundamentadas del maestro como puntillosas y abandona la escuela en protesta. Verifique su tarea personalmente, pruebe al alumno para la asimilación del material. Si está seguro de que el maestro es realmente injusto con su hijo y subestima las calificaciones, vaya a la escuela y hable de esto con el maestro y, si es necesario, con el director de la institución educativa. Una situación más difícil y desagradable es el conflicto con los compañeros. Pregúntele a su maestro qué está sucediendo en el aula, qué conflictos ocurren y por qué surgen. Comunicarse con los padres de los infractores, solo que esto debe hacerse con delicadeza para no agravar la situación. Una conversación con un psicólogo no será superflua. Sin embargo, si las conversaciones no han ayudado y la situación se ha vuelto más complicada, considere transferir a su hijo a otra clase oa otra escuela. A veces, la razón del bajo rendimiento es la pereza banal. El niño simplemente no quiere hacer la tarea y sale corriendo a caminar o se sienta frente al televisor durante horas. Explícale que sus estudios son su base para el futuro, quizás valga la pena idear un sistema de recompensas por las buenas notas, no pierdas el tiempo y no esperes a que todo salga por sí solo. Si la razón por la que el niño no quiere ir a la escuela se elimina a tiempo, el rendimiento académico del estudiante mejorará.