Todo en la familia debe ser armonioso. ¿Cómo se puede lograr esto?
Las tareas del hogar no deberían depender de una sola persona. El trabajo físico pesado generalmente recae en el hombre y la mujer en el hogar. Pero no debemos olvidarnos de la asistencia mutua. Si un hombre necesita ayuda, por ejemplo, para reparar una habitación, una mujer no debe ser indiferente a esto y decir que esto es responsabilidad de los hombres. Una mujer es inicialmente más débil físicamente que un hombre, pero debe ayudar con lo que pueda al menos, por ejemplo, dar un martillo para clavar un clavo.
Un hombre debe comportarse de la misma manera cuando ayuda a su esposa en el hogar, por ejemplo, en la limpieza de un apartamento. No debe ser así que uno lo haga, y el otro esté acostado en el sofá, alegando que esos no son sus deberes. La ayuda debe estar siempre a mano.
Debe haber mutuo entendimiento y acuerdo en la familia, por lo que no se puede argumentar que el hombre está a cargo de la casa, porque tanto la mujer como el hombre de la casa son responsables de todo. Sería más correcto distribuir las responsabilidades por adelantado.
Los niños son nuestros mejores ayudantes. Si hay niños en la familia, deben tener responsabilidades, incluso las más pequeñas: ayudar a limpiar el polvo, sacar la basura y lavar los platos. Deje que el niño se sienta responsable de algo desde la infancia, esto lo ayudará en la vida adulta, cuando construirá su familia.
Todos tienen sus propios derechos y responsabilidades, pero es imperativo ayudar. La ayuda mutua es uno de los secretos de una relación familiar sólida.