La educación es una cosa subjetiva. No hay reglas definidas para la educación y el desarrollo de un niño, por lo que todos los niños crecen de manera diferente, con sus propios puntos de vista sobre la vida, con personajes diferentes y una comprensión personal de lo que es bueno y lo que es malo. Esto no se da desde el nacimiento, sino que se inculca en el proceso de educación. La pedagogía moderna ha cambiado, al igual que los métodos de educación. ¿Cómo criar hijos obedientes?
Nunca puede estar seguro de que un método específico de educación sea ideal y dé resultados al cien por cien. Esto está mal. Cada uno tiene su propio error. Todo depende ni siquiera del método, sino de cómo lo utilicen los padres. Todo se aprende en la práctica, y hasta que los padres no prueben la metodología en la práctica, es imposible decir que un método de crianza definido teóricamente sea bueno.
El primer método es totalitario. Los padres desde la infancia le dejan claro al niño quién está a cargo de la familia. Inicialmente, el niño no sabe que es necesario obedecer a los mayores. ¡Esto no pasa! Con un enfoque totalitario de la educación, el padre, tal vez de forma dura, debe explicarle al niño que los padres son las personas principales y deben ser obedecidos. Es necesario explicar qué pasa con la desobediencia y demás. Este método severo se usa para los niños pequeños cuando apenas están comenzando a entender cómo comportarse en casa. Cuando comprende que los padres deben ser obedecidos, puede suavizar el ardor de la educación. En este caso, no debe limitar la voluntad del bebé. El método totalitario consiste únicamente en la obediencia del niño y no en el control de cada uno de sus pasos. Esta delgada línea debe sentirse.
El método opuesto soy yo. En diferentes libros de texto sobre educación y pedagogía, se llama de manera diferente. Su esencia es que debes hacerte amigo del niño y, con la ayuda de la amistad, convencer de que debes obedecer a tus padres. Además, los niños deben ser elogiados. Cuando los padres elogian a sus hijos, liberan la hormona de la felicidad, y los pequeños están dispuestos a hacer mucho por sus padres para volver a elogiarlos. Sin embargo, aquí es fácil convertir la crianza de los hijos en una carrera por elogios.
El artículo analiza dos métodos opuestos de crianza de los hijos. Idealmente, puede "jugar con estos métodos". Por ejemplo, en la primera infancia es difícil explicar que hay que obedecer a los mayores y, cuando el niño lo comprenda, trate de hacer amigos y elogiarlo. Con el enfoque correcto para usar estos métodos, el niño debe aprender a obedecer, o al menos respetar, a los mayores y a los padres. Sin embargo, esto es así en teoría, pero en la práctica todo resulta diferente.