En el mundo moderno, los niños están cada vez más obsesionados por el hábito de morderse los labios. El motivo de la aparición de un mal hábito puede ser tanto la tensión nerviosa como la sensación banal de hambre. Para evitar que el niño siga sus instintos, debe seguir los siguientes consejos.
Instrucciones
Paso 1
La miel, la mostaza o la vaselina te ayudarán a dejar de morderte los labios. Aplique uno de los productos sugeridos en los labios de su hijo y déjelo absorber por un tiempo. Los labios manchados con miel o vaselina serán difíciles de morder. La miel líquida pegajosa puede hacer que tus labios se peguen, así que no la apliques de forma espesa.
Paso 2
También puedes untarte los labios con mostaza. Si un niño intenta morderse el labio, sentirá amargura y no querrá volver a intentarlo. La vaselina funciona según el mismo principio: es grasosa y tiene un sabor amargo desagradable.
Paso 3
Por lo general, el proceso de morderse el labio ocurre en el momento de un shock nervioso, estrés, cuando se debe tomar una decisión urgente. En esta situación, dele a su hijo una pequeña paleta o chicle azucarado. Masticar caramelos lo distraerá del mal hábito y lo ayudará a concentrarse en el problema y a encontrar una solución.
Paso 4
Busque ayuda de los cosméticos. Aplica un brillo de labios incoloro en los labios de tu bebé. Es pegajoso, resbaladizo y no podrá morderse el labio.
Paso 5
Lleve al niño al espejo y muéstrele cómo la llaga en los labios estropea su apariencia. Explique que a través de él, una infección puede ingresar al cuerpo, lo que puede provocar una enfermedad.
Paso 6
La mordedura de labios suele ser provocada por una señal del cerebro. El niño puede engañarlo. Dígale que se concentre en algo bueno, se distraiga y sueñe. Los buenos recuerdos o las imágenes ficticias pueden distraer la conciencia de un mal hábito. Lo principal es hacer esto con la mayor frecuencia posible, para que el cerebro ya no pueda enviar señales que causen morderse los labios.