A veces le dices algo a un niño y ves que simplemente no te escucha, no percibe lo que estás tratando de decirle. Es necesario llegar a un entendimiento y asegurarse de que el niño lo escuche.
Instrucciones
Paso 1
Hable con su hijo de una manera sincera y amistosa, mirándolo directamente a los ojos. Siéntese para que sus puntos de vista estén al mismo nivel. Hable clara y claramente lo que quiere transmitirle al niño. Evite las alegorías y generalizaciones. Cuando hable con su bebé, no dé muchas órdenes a la vez: "Quítese la ropa, lávese las manos y siéntese a cenar". La miga puede confundirse, hazlo por etapas.
Paso 2
Las solicitudes son directas e indirectas. Si el primero requiere una acción inmediata, entonces el segundo puede meditarse. "¿Limpiarás tu habitación?" Al escuchar una frase así, el niño piensa: "No, no voy a limpiar, y eso será suficiente". Pero una solicitud formulada de manera diferente obligará al bebé a actuar. Diga de otra manera: "Limpia tu habitación y saldremos a caminar". El niño comprende claramente lo que debe hacer, además de que tiene un incentivo para cumplir con las instrucciones de sus padres lo más rápido posible: esto es un paseo.
Paso 3
Si el niño es terco y deliberadamente finge que no lo escucha, o lo ignora abiertamente, actúe de acuerdo con el método "no escuchó, no recibió". Por ejemplo, no fui a la tienda a comprar leche, lo que significa que no comí panqueques para cenar. No aprendí mis lecciones a tiempo, me perdí una película interesante. Solo recuerde que este método también debería funcionar en una dirección positiva. Si el niño ha cumplido con su asignación, usted, a su vez, lo recompensa por ello. Por lo tanto, el bebé comprenderá que es necesario escuchar a los padres y que simplemente no es rentable ignorar sus solicitudes.
Paso 4
Si desea que su hijo lo escuche, aprenda a escucharlo activamente usted mismo. No lo despida, argumentando que está ocupado o cansado. Es importante que el niño sepa que los padres están interesados en él, escuchan activamente, comprenden y simpatizan con él. Comuníquese más a menudo con su hijo, esté interesado en su vida, su éxito y sus pasatiempos. Vuelva su rostro a los sentimientos, emociones y experiencias de los niños y el niño responderá de la misma manera.