A continuación, se muestran algunos secretos de las buenas relaciones con los niños.
Bebé despertar
No es necesario despertar al niño, puede que sienta un sentimiento de disgusto por la madre, que siempre lo molesta quitándole la manta. Puede empezar antes cuando ella entra en la habitación: "Levántate, llegarás tarde". Es mucho mejor enseñarle a usar un despertador. Es mejor comprar un despertador y, presentándolo, de alguna manera jugar a la situación: "Este despertador será solo tuyo, te ayudará a levantarte a tiempo y siempre llegar a tiempo".
Si el niño se levanta con dificultad, no hay necesidad de burlarse de él con un "holgazán", ni de entrar en una discusión sobre los "últimos minutos". Puedes resolver la pregunta de otra manera: pon la mano cinco minutos antes: "Sí, lo entiendo, por alguna razón no quiero levantarme hoy. Túmbate otros cinco minutos".
Estas palabras crean una atmósfera de calidez y amabilidad, en lugar de gritos.
Puede encender la radio más fuerte. Cuando un niño tiene prisa por la mañana, a menudo se ralentiza aún más. Esta es su reacción natural, su arma poderosa en la lucha contra una rutina que no le conviene.
No hay necesidad de apurarse una vez más, es mejor decir la hora exacta e indicar cuándo debe terminar lo que está haciendo: "En 10 minutos tienes que ir a la escuela". "Ya son las 7 en punto, en 30 minutos nos sentamos a la mesa".
Ir a la escuela
Si el niño olvidó poner un libro de texto, desayuno, vasos en la bolsa; es mejor mantenerlos en silencio que entregarse a un tenso discurso sobre su olvido e irresponsabilidad.
"Aquí están tus anteojos", mejor que "¿Viviré para ver el momento en que aprendas a ponerte los anteojos"?
No regañes ni sermonees frente a la escuela. Al despedirse, es mejor decir: "Que todo esté bien hoy" que "Mira, pórtate bien, no juegues". Es más agradable para un niño escuchar una frase confidencial: "Te veré a las dos en punto" que "Después de la escuela, no te quedes en ningún lado, vete directamente a casa".
Regresando de la escuela
No haga preguntas a las que los niños den las respuestas habituales.
- ¿Cómo van las cosas en la escuela? - Multa. - ¿Qué hiciste hoy? - Nada. ¿Qué obtuviste? Etc.
Piense en lo molesta que era esta pregunta a veces, especialmente cuando las calificaciones no coincidían con las expectativas de los padres ("ellos quieren mis calificaciones, no yo"). Observe al niño, qué emociones están "escritas" en su rostro. ("¿Fue difícil el día? Probablemente apenas esperaste hasta el final. ¿Estás contento de haber llegado a casa?").
"Papi ha venido." Que descanse, lea los periódicos, no lo bombardees con todas las quejas y peticiones. Deja que cuando por la noche, en la cena, toda la familia esté reunida, puedas hablar, pero en la comida es mejor sobre las cosas buenas, de corazón a corazón. Acerca a la familia.
Hora de dormir
Es mejor para los niños en edad preescolar y los estudiantes más pequeños que sus padres (madre y padre) acuesten a la cama. Si habla confidencialmente con él antes de irse a la cama, escuche con atención, calme los miedos, demuestre que comprende al niño, entonces él aprenderá a abrir su alma y liberarse de los miedos, la ansiedad y se dormirá tranquilamente.
No se meta en una discusión si el niño informa que se olvidó de lavarse y beber.
Algunas reglas breves
- Muéstrele a su hijo que es amado por quien es, no por sus logros.
- Nunca (ni siquiera en su corazón) puede decirle a un niño que es peor que los demás.
- Cualquier pregunta que pueda hacer el niño debe responderse de la manera más honesta y paciente posible.
- Trate de encontrar tiempo todos los días para estar a solas con su hijo.
- Enséñele a su hijo a comunicarse libre y naturalmente no solo con sus compañeros, sino también con los adultos.
- Siéntete libre de enfatizar que estás orgulloso de él.
- Sea honesto acerca de lo que siente por su hijo.
- Dígale siempre a su hijo la verdad, incluso cuando no le resulte rentable.
- Evaluar solo las acciones, no al niño mismo.
- No triunfe por la fuerza. La coerción es el peor tipo de educación moral. La coerción familiar crea una atmósfera de destrucción de la personalidad del niño.
- Reconocer el derecho del niño a cometer errores.
- Piense en un frasco de recuerdos felices para bebés.
- El niño se trata a sí mismo como lo tratan los adultos.
- Y en general, al menos a veces, ponte en el lugar de tu hijo, y así quedará más claro cómo comportarte con él.