¿Con qué frecuencia se encuentra pensando que cualquier nimiedad puede causar peleas en su familia? Es fácil ofender a los seres queridos, porque quien, si no es un familiar, conoce los puntos más débiles de los demás. Pero, ¿vale la pena hacerlo?
Instrucciones
Paso 1
Recuerda que los amigos pueden ir y venir, y los seres queridos serán así de por vida. En el momento más difícil, por regla general, solo ellos permanecen cerca para ayudarlo a mantenerse a flote. ¿Por qué ofender a los que no están más cerca de ti? Escuche las palabras del famoso escritor Kurt Vonnegut: "Sea complaciente con sus hermanos y hermanas; ellos son su mejor conexión con el pasado y con los que es más probable que estén con usted en el futuro".
Paso 2
Las personas pueden decir las palabras más hirientes a sus seres queridos, así como compartir algo íntimo. Esto sucede porque el grado de confianza en las relaciones con los familiares es alto, porque desde la infancia casi todo el mundo tiene que escuchar que “un ser querido no traicionará”, “los padres no aconsejarán cosas malas”, etc. Quizás debido al parentesco, las personas cercanas no pueden sino perdonar o al menos aceptar las malas travesuras de sus familiares. Para no complicar la relación, durante los momentos polémicos, trate de sopesar sus palabras, incluso si es provocado por personas cercanas con un carácter poco suave.
Paso 3
Algunos conflictos se tratan mejor filosóficamente, por ejemplo, la disputa "eterna" entre padres e hijos. En tales situaciones, es mejor abstraer y evaluar lo que está sucediendo desde el exterior. Además, en disputas sobre temas "eternos", es poco probable que llegue a algún tipo de acuerdo armonioso. Tanto padres como hijos deben recordar que la moda es cambiante, la moral depende del cambio de tiempos, etc. Para reducir el resentimiento, los padres deben ser un ejemplo para sus hijos y los niños deben convertirse en un motivo de orgullo para los padres.
Paso 4
Es poco probable que haya una familia numerosa en el mundo en la que no haya ni siquiera pequeñas disputas y agravios. Dado que los conflictos no se pueden evitar por completo, aprenda a pedir perdón y a perdonar a sus seres queridos. Esta habilidad, por supuesto, requiere mucho esfuerzo, pero es valiosa porque ayuda a pensar en los peligros de una irascibilidad excesiva. Trate de evitar los temas delicados, enfocándose en cambio en felicitaciones, palabras cálidas y recordatorios de su amor.