Ser padre es genial y desafiante. Después de todo, una gran responsabilidad recae sobre los hombros: formar una persona educada y adaptada a la vida. Y durante este proceso, los padres no siempre entienden cómo comportarse con su hijo. Considere 4 tipos de comportamiento infantil que no se pueden ignorar.
Este es quizás el problema más común. Y ocurre con mayor frecuencia debido al deseo de evitar el castigo y el miedo a los padres autoritarios. Los requisitos previos para el engaño también pueden ser la necesidad de atención o de obtener lo que quieres.
Solución: Primero, se debe tener en cuenta la edad del niño. Los niños menores de 7 años tienen una gran imaginación. Por lo tanto, no debe prohibirles que exageren o compongan algo (a menos que, por supuesto, esto no perjudique las relaciones con las personas que los rodean). Si el niño tiene más de 7 años, se le deben explicar los conceptos de honestidad y confianza. Si se descubre que un niño está haciendo trampa, debe ser castigado adecuadamente para que la mala conducta no se convierta en la norma.
Cuando un bebé es testigo de una situación mala e injusta, puede guardar silencio al respecto deliberadamente. Y hay varias razones para esto: miedo a posibles problemas, el deseo de dar una lección a alguien o el miedo a ser tildado de charlatán. Todo depende de las circunstancias. Pero, en cualquier caso, el fin aquí no justifica los medios.
Solución: Los padres deben hablar con sus hijos y explicarles la diferencia entre ser honestos y encubrir (o hablar). Lo principal no es juzgar al niño, sino escucharlo y tratar de resolver el problema juntos.
Los psicólogos dicen que un niño se apropia del de otra persona por dos razones: la falta de atención de la familia y los amigos y un bajo nivel de moralidad y voluntad.
Solución: si el acto ya se cometió y se hizo público, entonces es muy importante que los padres mantengan la calma. Primero debe averiguar cuál se convirtió en el motivo del niño. Luego, debes pedir la devolución de lo robado y proponer un castigo apropiado. No es necesario usar un cinturón, pero el niño debe comprender claramente que las consecuencias del robo son desagradables. Esto evitará que se forme el hábito.
A menudo, los padres se sorprenden de cómo se comportan sus hijos en la mesa: muerden, se mueven, giran la cabeza, juegan con la comida. Cuando se reúnen con adultos, no saludan, constantemente entablan conversación, se quejan. Esos malos modales hacen que un niño se sonroje y se preocupe.
Solución: un niño a partir de los dos años necesita explicar las reglas básicas de comportamiento en la sociedad, en particular, en la mesa. Si se pone constantemente travieso y lloriquea, tómalo de la mano y pídele que espere hasta que termine la conversación de adultos. También se le debe enseñar cortesía básica. Diga "por favor" cuando se le pida, "gracias" cuando reciba un regalo. Saluda cuando te encuentres y despídete cuando te separes. Si se repite el comportamiento descarado, es necesario privar al niño de ciertos privilegios, por ejemplo, sentarse a la mesa cuando los padres ya han comido o cancelar el viaje habitual al parque de atracciones.