Un niño es una hoja en blanco, y lo que se escriba en ella depende de los adultos (los padres o quienes los reemplacen) y del entorno en el que vive y se desarrolla.
La formación del carácter comienza en los primeros meses de vida. Pero los expertos distinguen un período sensible especial para la formación del carácter, a saber, la edad de 2-3 a 9-10 años. El papel principal en él pertenece al entorno del niño y, por regla general, a la comunicación con las personas que lo rodean. En acciones y formas de comportamiento, el niño suele imitar a sus familiares, personas cercanas.
Preste atención a cómo sus propios hijos repiten sus acciones (fumar, acciones en un banquete, etc.) y verá por sí mismo que las palabras anteriores no están vacías. Además, no se olvide del papel de la televisión en la cosmovisión de un niño. Mire más de cerca, si el comportamiento del niño no es similar a sus personajes de dibujos animados favoritos, juegos de computadora o sus películas favoritas.
¿Cómo le gustaría ver a su hijo, qué cualidades y rasgos de carácter le gustaría sacar a relucir en él? ¿Amabilidad y simpatía? Entonces no pase con indiferencia por un perro callejero: compre comida en la tienda más cercana y alimente al animal. Sea amable, salude a los vecinos, salude a los amigos y a las personas que le rodean. ¿Respeto y veracidad? Trate a las personas mayores y a las personas con las que no esté de acuerdo con comprensión y respeto. Intenta ser honesto y abierto tanto con otras personas como con tu propio hijo, porque siempre puedes explicar, aclarar la situación y estar de acuerdo.
Para los niños, no solo son importantes nuestras acciones, sino también nuestra posición en la vida: vivimos como personas cariñosas que se ayudan entre sí y firmes en sus convicciones, o hace algo que nos enoja, angustia, nos divide internamente.
¡Sean ustedes mismos personas dignas y sus hijos se convertirán en tales!