La nutrición de un niño es la fuente de su vitalidad para su desarrollo y crecimiento. Muy a menudo, los niños tienen un apetito deteriorado y se niegan a comer. En este caso, los padres deben averiguar la causa de la falta de apetito del niño lo antes posible.
Instrucciones
Paso 1
A menudo, la negativa de un niño a comer se asocia con alimentarse en contra de su voluntad. Debido a la alimentación forzada, surge la tensión entre el padre y el niño, y el cuerpo del niño comienza a protestar. Puede manifestarse en forma de vómitos frecuentes y dolor en la barriga, la comida no se convierte en una comida agradable, sino en un problema obsesivo. El estado de ánimo del bebé se pierde y las defensas del cuerpo se reducen debido al estrés constante. Es por eso que no alimente a la fuerza a su bebé, ya que esto es perjudicial para la salud de su bebé.
Paso 2
El niño puede perder el apetito y negarse a comer debido a la ignorancia de sus prioridades gustativas. Por lo tanto, considere su opinión y necesidades reales. Si al niño no le gusta el plato, revise el menú, coma alimentos saludables usted mismo y organice el acceso del niño a frutas, bayas y nueces. Las porciones y los colores exitosos también pueden ayudar. Así, guiado por el ejemplo de los padres, el niño ajustará inconscientemente su prioridad alimentaria.
Paso 3
La pérdida de apetito de un bebé puede ocurrir debido al estrés, por ejemplo, debido a un cambio en el entorno habitual o una pelea entre los padres. Por eso, alimenta a tu bebé en un ambiente tranquilo, ten paciencia y no apresures al bebé si está comiendo despacio. La posibilidad de una comida familiar será la solución ideal, porque la presencia de acompañantes siempre mejora el apetito, e incluso los niños que son indiferentes a la comida se convierten en buenos comedores.
Paso 4
La falta de apetito en un niño puede deberse a cambios repentinos en el menú. Introduzca nuevos alimentos en su dieta gradualmente, comenzando con pequeñas cantidades. Dele tiempo a su bebé para que sienta que el cambio es permanente. Es muy importante que el niño esté bien alimentado y la comida sea lo más variada posible. Pero es aún más importante que se sienta amado.