Según datos decepcionantes de UNICEF, los niños de 2 a 6 años pasan mucho más tiempo viendo la televisión que con sus padres. Resulta que la "caja" electrónica reemplaza en cierto sentido al padre y la madre del niño. ¿Es esto bueno y cuánto tiempo debería pasar su hijo viendo televisión?
En cuanto a los niños menores de dos años, los pediatras son bastante categóricos aquí: no ven televisión. A esta edad, el cerebro del niño recién se está formando y las imágenes que parpadean en la pantalla pueden causar un gran daño al niño. A veces, los padres no le dan importancia al hecho de que el niño esté sentado cerca de la pantalla, argumentando que todavía no entiende nada. Es cierto que el niño no entenderá el significado de tal o cual programa, pero las emociones que provienen de la pantalla seguramente lo captarán. El resultado puede ser una excitabilidad excesiva, pesadillas, estados de ánimo y rabietas.
En el tercer año de vida, el niño ya comprende mucho, pero es incapaz de distinguir la realidad de los eventos ficticios que se muestran en la pantalla. Permitir que se siente incontrolablemente frente al televisor puede llevar al hecho de que el niño esté "atrapado" en el mundo de las ilusiones. Por lo tanto, no deje al bebé solo cerca del televisor, incluso si está viendo una caricatura completamente inofensiva. Explíquele lo que sucede todo el tiempo y asegúrese de limitar el tiempo de visualización a una hora o una hora y media.
Puede convertir el ver dibujos animados en lecciones sobre el desarrollo del habla del niño si le pide que cuente de qué se trataba el dibujo animado, a quién le gustaba y a quién no le gustaba al niño, cuáles eran los nombres de los personajes, cómo se ven, etc. Puede jugar con su hijo e invitarlo a pensar en una continuación de lo que vio. Pero no abuse de estos juegos para que no causen enfermedades nerviosas.
Alrededor de los 4 años de edad, el niño ya sabe que lo que está sucediendo en la pantalla es solo ficción. A esta edad, puede aumentar ligeramente el tiempo que pasa frente al televisor, hasta dos horas al día. Asegúrese de verificar lo que está mirando su hijo. Él, por supuesto, ya comprende que todo esto no es real, pero lo que ve puede traumatizar profundamente la psique del niño.
A esta edad, puede continuar sus clases con su hijo sobre el desarrollo del habla: déjelo que continúe contando sus dibujos animados favoritos, comparta sus impresiones. Asegúrese de explicarle a su hijo para qué sirve la publicidad. Específicamente, dígales que no tiene que comprar todo lo que ofrecen. Algunos tipos de publicidad pueden incluso ser útiles: por ejemplo, las tomas en las que los mismos niños se cepillan los dientes o se lavan los bolígrafos con agua y jabón pueden servir para enseñar al bebé a cuidarse.
Al poner a un niño frente a una pantalla, recuerda siempre que depende solo de ti en qué se convertirá el televisor para él: un buen amigo o un enemigo cruel, y sé prudente.