El cuerpo de un bebé es extremadamente susceptible a infecciones y virus, por lo que un niño raro logra evitar la secreción nasal. En el tratamiento y recuperación del bebé, el baño y la caminata al aire libre juegan un papel importante.
Instrucciones
Paso 1
Ningún niño es inmune a las enfermedades. La secreción nasal es el primer signo de una enfermedad incipiente, por lo tanto, ante los primeros síntomas de secreción nasal, se deben tomar medidas preventivas para tratar al bebé. Esto ayudará a prevenir el desarrollo de la enfermedad en el futuro y aliviará la condición del niño.
Paso 2
Algunas madres creen erróneamente que caminar al aire libre y bañarse diariamente es perjudicial para un bebé enfermo. De hecho, la habitación mal ventilada del apartamento es un caldo de cultivo ideal para las bacterias y, por lo tanto, los paseos al aire libre deben incluirse en el régimen diario del niño. El aire fresco fortalecerá el sistema inmunológico, ayudará a sobrellevar los resfriados más rápidamente y mejorará el estado de ánimo del bebé. Lo mismo ocurre con el baño. Si el pequeño paciente no tiene fiebre, el baño vespertino será una excelente medida preventiva que ayudará a deshacerse de los síntomas de la enfermedad en poco tiempo.
Paso 3
Para que un niño enfermo se beneficie del baño, se deben considerar varias condiciones importantes. Si el bebé tiene fiebre y escalofríos, el baño está contraindicado para él; para combatir esta afección, se requiere reposo en cama estricto y medicamentos recetados por un pediatra. Si el niño se siente bien y solo le preocupa la secreción nasal y un ligero malestar, puede bañarse antes de acostarse. La temperatura del agua debe ser 2-3 grados más alta de lo habitual. Después del baño, el niño debe envolverse en una toalla tibia, ponerse calcetines de lana y pijamas y luego acostarlo. Combinado con una bebida tibia, un baño caliente en una etapa temprana le permite hacer frente fácilmente a un resfriado. Dentro de una semana después de la recuperación final, puede volver a reducir la temperatura del agua a la habitual.
Paso 4
Antes de bañarse, no se deben administrar medicamentos al niño y no se deben agregar decocciones de hierbas al agua. Además, durante la secreción nasal después del baño, no es necesario alimentar al bebé. El cuerpo gasta energía en superar la enfermedad y no en la digestión de los alimentos. Es por eso que casi todos los niños durante una enfermedad no pueden jactarse de tener buen apetito. En lugar de alimentarlo, dele a su bebé tanta bebida caliente como sea posible. También hay que recordar que el baño no debe ser demasiado frecuente ni demasiado prolongado.
Paso 5
Los padres deben recordar que cualquier método de tratamiento y prevención de enfermedades debe coordinarse con un pediatra. El especialista evaluará el estado del niño y le dará las mejores recomendaciones sobre el régimen de baño y caminata, además de recetar medicamentos para el tratamiento de los resfriados.